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Los técnicos en urbanismo propugnan regenerar los barrios para salvar las ciudades

Los cascos antiguos de la Cataluña interior, a debate en el Macba

"Regenerar los barrios para salvar las ciudades". Los técnicos en urbanismo de diversos ayuntamientos de la Cataluña interior propugnaron ayer que se aceleren urgentemente las transformaciones integrales de los núcleos deprimidos como fórmula válida para salvar el tejido social de sus poblaciones, evitando al mismo tiempo los peligros de una posible explosión social, generada por el incremento galopante de la inmigración. En torno a una misma mesa coincidieron los urbanistas de cinco municipios: Lleida, Manlleu, Manresa, Sant Boi de Llobregat y Berga.

El recuerdo de la rebelión de los barrios periféricos franceses, acaecida el pasado mes, planea en silencio sobre la cumbre que expertos en urbanismo celebran desde hace dos días en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), en unas jornadas que llevan pot título Ciutats en reconstrucció.

Aunque las discusiones están centradas en los aspectos técnicos y políticos relacionados con la transformación y las mejoras de los barrios marginales y la aplicación de la Ley de Barrios aprobada por el Parlament, los ponentes hicieron constantes referencias a los problemas ocasionados por la oleada inmigratoria de los últimos años. Los datos son elocuentes; a raíz de la última regularización de los inmigrantes ilegales efectuada por la Administración, la ciudad de Lleida pasó de golpe a incrementar su población en más del 10%; es decir, de tener 112.000 habitantes pasó a tener 130.000.

"La situación originada por estos inmigrantes es explosiva, ya que afecta no sólo al barrio donde se concentran estos extranjeros, sino también al resto de la ciudad", aseguró uno de los expertos durante una mesa redonda a la que habían asistido los técnicos de media docena de ayuntamientos del interior de Cataluña.

La arquitecta Itziar González, coordinadora técnica del Instituto de Desarrollo de L'Erm, uno de los barrios marginales más deprimidos de Manlleu, coincidió en líneas generales con esta advertencia, y propugnó como medidas concretas aumentar la participación de los ciudadanos en la búsqueda de soluciones. En su caso destacó que es imprescindible para rehabilitar L'Erm contar con la aportación del colectivo magrebí, que constituye el 70% de la población de este barrio.

"Más medidas sociales y menos cemento", clamó por su parte y en esta misma dirección el arquitecto Pere Montaña, del Ayuntamiento de Terrassa. Montaña recordó que su barrio de Ca n'Anglada mereció en su día un lugar destacado, junto con la localidad almeriense de El Egido, en la clasificación de las ciudades españolas sacudidas por las oleadas de racismo y de xenofobia.

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