Ficción auténtica
Víctor Ripstein tiene alrededor de cuarenta años y está casado con Diana, una mujer que comienza a replantearse su matrimonio con el acomodaticio y casi indolente marido. Ella trabaja en un hospital como médica. Víctor es vendedor de instalaciones de aire acondicionado para la empresa Calor de Hogar, S. A. Varios son los motivos del desencuentro matrimonial. Pero se impone la falta de decisión por parte de Víctor en tener hijos. Al final la pareja se rompe y Víctor entra en una espiral de declive psíquico de difícil remedio. Un día, su jefe le encomienda un trabajo. Debe vender una instalación a una familia que reside en una pequeña ciudad al lado de la frontera con Francia. Lejos de apurar su misión, Víctor se ve enredado en unas circunstancias familiares totalmente ajenas a su voluntad. Así conoce a Abril y a su hija Dani, además de al padre de Abril. La vida de Víctor da la impresión de cambiar de rumbo. Comienza a olvidar a Diana. Empieza a convencerse de que es posible comenzar de nuevo. Éstos son en líneas generales los mimbres argumentales con los cuales Cristina Cerrada arma Calor de Hogar, S. A. Con estos datos, el lector podría pensar que estamos ante una novela más sobre parejas desencontradas, muchas de las cuales no tardan en convertirse en auténticos libros costumbristas de autoayuda bajo la débil máscara de la novelización. No es éste felizmente el caso de esta muy bien resuelta novela.
CALOR DE HOGAR, S. A.
Cristina Cerrada
Algaida. Sevilla, 2005
367 páginas. 19,50 euros
El punto de vista que ha escogido la autora madrileña es el de Víctor. La perspectiva no ofrece la más mínima fisura. El relato en primera persona nunca se empantana en digresiones de poca monta. La peripecia psicológica y, sobre todo, moral de nuestro héroe se desenvuelve por caminos probables aunque siempre por los menos previsibles. Tal vez sea ésta una radiografía de nuestro tiempo. Probablemente la Diana de Cerrada no haya elegido la mejor manera de arreglar su vida, claudicando como lo hace al final. Esa claudicación es tan inesperada como lo es que el héroe haya encontrado su tierra prometida en el milagroso encuentro con su derecho a equivocarse. Pero a mí lo que más me ha gustado de Calor de Hogar, S. A. es su hechura de ficción auténtica, su saber transmitir esa sensación de ilusionismo novelesco. La novela transcurre en un lugar que no es necesario identificar, un suelo fronterizo. Cristina Cerrada así metaforiza con acertado criterio ese aire híbrido de nomadeo sentimental y la necesidad de arraigarse a un lugar en el mundo que acucia a su protagonista. Una escritura de buena ley y un humor muy fino, de los que contagian pero no hieren, completan el atractivo de esta primera novela. Sin tonto paternalismo crítico, espero su segunda novela.
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