Poeta y juglar

La relación entre el poeta Rafael Alberti y la música ha sido abordada por el periodista e investigador granadino Eladio Mateos en un libro publicado por la Junta y que constituyó su tesis doctoral. Mateos es uno de los mayores especialistas en la obra musical y teatral de Rafael Alberti, y fue el encargado del primer tomo de unas obras completas del poeta portuense, dedicado al teatro y editado por Seix Barral con la dirección de Pere Gimferer. Mateos construye en Rafael Alberti y la música una biografía musical del autor de Marinero en tierra desde los primeros contactos musicales del poeta pasando por las canciones de lucha durante la Guerra Civil y las músicas del exilio hasta llegar a sus últimos proyectos.

En opinión de Mateos, "la obra de Rafael Alberti ofrece un campo de estudio privilegiado porque, además de poeta y dramaturgo, fue pintor, investigador sobre la copla popular y su influencia en el teatro clásico, autor de libretos para ballet y de textos para obras de música vocal, recitador y juglar".

En el campo de la música las relaciones aparecen muy tempranamente en la labor del poeta. "Algunos de sus primeros versos son musicados ya en 1925, antes incluso de la publicación de su libro inicial". Además, el investigador recuerda que fue "el único integrante de su generación que escribió, de forma continuada durante toda su carrera, textos expresamente para ser musicados".

Nombres musicales

A la hora de estudiar las relaciones biográficas del autor con la música, Eladio Mateos encuentra tres puntos de partida. En primer lugar el largo catálogo de nombres específicamente musicales que el poeta asigna a sus obras y composiciones. Títulos como Canciones, Cal y canto, Coplas de Juan Panadero, Baladas y canciones del Paraná, Canciones del Alto Valle del Aniene o Canciones para Altair son una clara muestra de ello. Además, entre sus poemas se encuentras títulos que utilizan evocaciones musicales como Copla, Canción, Nana, Seguidilla, Himno, Son, Habanera, Guajira, Balada o Soleares. Por si fuera poco, como señala Mateos, "la mayoría de las veces esos nombres no sólo representan un recurso poético sino que son usados con propiedad y responden al verdadero espíritu cantable, y danzable a veces, de los poemas".

Otro de los puntos de partida del estudio ha sido la capacidad de la obra de Alberti para inspirar a numerosos compositores a lo largo del siglo y en los más diversos géneros. "Este efecto no lo producen sólo los poemas confesadamente cancioneriles, sino también otros en apariencia mucho menos cantables, como los que pertenecen a libros como Sobre los ángeles o Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos".

La biografía musical que propone Mateos se completa con un amplio catálogo de las obras musicales compuestas a partir de textos de Alberti. Un apéndice de 70 páginas que hace posible analizar la influencia de la obra del poeta de El Puerto de Santa María en la música española del siglo XX y que abarca los estilos más dispares. Rafael Alberti era una persona muy receptiva para la música y no rechazaba ningún estilo.

Cuando hizo el disco Lo que canté y dije de Picasso con el músico brasileño Raimundo Fagner, en el que participaron Mercedes Sosa y Paco de Lucía, le hicieron una entrevista en la que el poeta afirmó que no le desagradaban estilos como el rock o el punk, que consideraba como música rupturista y de vanguardia, "un lugar del que yo también vengo, por lo que puedo comprender perfectamente el porqué de esa música", dijo Alberti.

Pero Rafael Alberti y la música no constituye tan sólo una biografía específica del poeta, sino que es todo un análisis sobre la influencia de la canción popular desde la Edad Media hasta nuestros días y sus múltiples relaciones con otras artes, muy en concreto con la poesía.