Una escuela con víctimas y depredadores

El acoso escolar es uno de los problemas sociales más amargos de este inicio del siglo XXI. Siempre ha habido matones en los colegios y en las calles. Cualquier persona que mire hacia su infancia y su adolescencia, recordará el día en que un grupo de tipejillos le sometieron a amenazas en el patio del colegio. Los niños suelen ser crueles, y la escuela es un espacio donde los depredadores campan, a veces, a sus anchas mientras hacen escarnio de todo aquel que sea más inteligente y más sensible o que, simplemente, odie ir en manada. La crónica de sucesos se ha hecho eco en los últimos años de casos de acoso escolar con trágicas consecuencias. El fenómeno no es nuevo, pero la sociedad ha decidido enfrentarse a él.

El periodista Javier Ricou acaba de publicar Acoso escolar en RD Editores (Sevilla). Javier Ricou (Bonansa, Huesca, 1963) trabaja en La Vanguardia desde 2000. El libro está basado en casos reales, como el de Josep, un chaval de Lleida que intentó acabar con su vida por el acoso que sufría en un centro de enseñanza, o el de Jokin, el adolescente de Hondarribia (Guipúzcoa) que se suicidó tras ser hostigado por un grupo de matones. Ricou investiga las causas del acoso escolar y se adentra en los traumas y consecuencias que esta lacra acarrea sobre muchos chavales.

Los dos casos mencionados sirven de hilo conductor para un relato en el que se da voz a otros escolares y familias que han padecido está siniestra situación. Se trata de episodios que hasta hoy no habían tenido demasiada trascendencia en la opinión pública.

El libro explora un territorio marcado por la angustia permanente que sufren las familias cuando un menor se convierte en la diana del resentimiento y la mala sangre. Ricou muestra cómo muchas familias adolecen de falta de información para encarar el acoso. El libro también hace referencia a la creencia errónea de que muchos de estos episodios de acoso escolar sólo son "cosas de niños". Estas "cosas de niños" pueden acabar en un ataúd o en la transformación de un chaval alegre en un adulto con el alma destrozada.