Francisco Daniel Medina narra el desencanto juvenil bajo los acordes de la música de rock
La primera en la frente: "Estoy más cerca de The Smiths que de los verdiales". De seguido lo explica: "La lógica rotunda es que he mamado más cultura anglosajona que de los tópicos de Málaga". El joven autor Francisco Daniel Medina (Málaga, 1975) asalta el desencanto que rodea cumplir 30 años y sentirse explotado siendo un romántico, en su segunda novela, .Cuando las luces de la ciudad se apaguen. La novela -sí, su título se inicia con un punto- ha sido publicada por la editorial malagueña Staf thenew.pop books, que edita la revista de tendencias Staf.
David y Dirty son los amigos de Cielo, que vive para la música grunge en plenos años noventa, a pesar de residir en la Costa del Sol y no en la costa oeste estadounidense. Los tres se enamoran y separan, se emborrachan y le cogen el gusto a las pistolas, hasta que poco a poco el desencanto les embarga. "En el fondo todos somos algo así como palabras mal acentuadas. Cada vez entiendo mejor este juego y cada vez me resulta más sencillo divertirme", reflexiona su protagonista Cielo.
Narcotizados por el amor y la música rock nacida en Seattle, los tres amigos sufren en sus carnes la precariedad de los contratos, el deterioro de las relaciones de pareja y el fantasma de entrar en el eterno círculo vicioso trabajo-hipoteca-familia. Como barricada ante el peligro, los amigos pretenden poner remedio y huyen hacia Marruecos en una road movie repleta de imágenes cinematográficas y trufadas de reflexiones del protagonista. "Siempre me ha gustado la primera persona y la veo más creíble y romántica. Mi meta es transmitir con mis libros lo que bandas melancólicas como Joy Division transmitían con sus canciones", explica Medina, quien define esos pensamientos del protagonista como un "vómito de reflexiones supersinceras".
El tapizado musical no se queda en el argumento, sino que atañe al continente. La novela está estructurada como un disco, caras b, remezclas y bonus track incluidos. Un par de capítulos llevan nombres reveladores: Michael Stipe nos incitó a hacerlo y Rain song. "Busco tendencias rupturistas y elementos originales, y por eso incluí las ilustraciones de dibujantes de cómic", añade Medina. El autor recrea un mundo paralelo que poco tiene que ver con el día a día de un joven malagueño, pero es que sus protagonistas son outsiders que igual se pasean en cadillacs amarillos, desprecian la rutina y a pesar de todo son fatalmente románticos.
"No me gusta la gente práctica. No se puede convertir el amor en algo práctico. Hoy en día la mayoría de la gente lo único que quiere es tener un trabajo seguro", afirma su protagonista. "Sólo se vive una vez y es absurdo no sentirte lleno por dentro. Ese riesgo por vivir intensamente es preferible antes que conformarte con una existencia mediocre", apunta Medina.
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