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Reportaje:

El cine se mueve y es gratis

Un festival de cortometrajes por Internet se convierte en una referencia para hallar nuevos talentos en España

Pablo Ximénez de Sandoval

El director de cine Daniel Sánchez Arévalo hizo su primer cortometraje con su propia cámara de vídeo, tres amigos, el sofá de su casa y un suculento catering a base de pizzas. Se llamaba Gol y cuenta en tres minutos todas las claves de una amistad adolescente. Se puede ver en www.notodofilmfest.com, la página web del festival que ganó en 2002 y para el que fue pensado. Con su segundo cortometraje, Exprés, tres espeluznantes minutos sobre una madre y su hija drogadicta, volvió a ganar el mismo festival en 2003. Ambos trabajos han sido vistos por decenas de miles de personas. "Soy consciente de que mis cortos se han visto más que muchas películas que se estrenan en salas", admite Sánchez Arévalo. "Eso da miedo".

Desde 2001 se han presentado 1.500 cortos que han visto 4 millones de espectadores
"Las fronteras entre el cine profesional y el 'amateur' no están tan claras", dice Fesser

Nadie con una conexión a Internet debería pederse estos dos trabajos. Gracias a Notodofilmfest, Sánchez Arévalo, de 35 años, ha logrado que figuras como Achero Mañas y Julio Medem se hayan fijado en él y le hayan facilitado la producción de su primer largometraje. Se titula Azul oscuro, casi negro, lo está sonorizando estos días y espera estrenarlo para febrero.

Sin embargo, al jugar en la primera división del cine, Sánchez Arévalo se encontrará con que su película "estará en manos de la productora y la distribuidora", de quienes dependerá su éxito. Hace pocos años, lo difícil para un aspirante a cineasta era realizar cortos y conseguir enseñarlos. Con suerte, unos cientos de espectadores podían verlo en algún festival local. Ahora puede surgir una generación de cineastas que recuerden con nostalgia sus inicios, cuando sus primeros trabajos eran disfrutados y comentados por cientos de miles de espectadores en todo el mundo.

El festival de cortometrajes Notodofilmfest se ha hecho un nombre sólido en el panorama del cine español con sólo tres condiciones para participar: los trabajos se entregan por Internet, deben ser archivos de vídeo de un tamaño menor de cinco megabytes y durar como máximo tres minutos y medio. En las tres ediciones anteriores se presentaron más de 1.500 cortometrajes. Desde 2001, el público planetario ha descargado en sus ordenadores más de cuatro millones de copias de los trabajos para verlos.

Este año se celebra la cuarta edición. El plazo para enviar vídeos finaliza el 15 de diciembre y ya llevan recibidos más de 500, de 13 países diferentes, que han sido vistos por 200.000 espectadores en la web. El grueso de los trabajos son de autores de entre 21 y 32 años, con mayoría de hombres. Lo habitual, según los responsables del festival, es que estas cifras se doblen en los últimos 15 días de plazo. Ningún festival de cine del mundo puede competir con esas cifras de participación y repercusión, a no ser que los Oscar de Hollywood cuenten como festival.

El padre de la idea es el director de cine Javier Fesser, quien inventó Notodofilmfest a raíz de una serie de cortos que él mismo hizo para ser exhibidos en la página www.plus.es. Fesser define el festival como "fiesta del cine en estado puro". Ante la calidad y variedad de las propuestas, Fesser, director de Mortadelo y Filemón y El milagro de P. Tinto, cree que "las películas de este festival han demostrado que las fronteras entre el cine profesional y el cine amateur no están ni mucho menos tan claras".

Físicamente, Notodofilmfest es apenas un ordenador de la oficina de La Fábrica (una promotora cultural editora de la revista Notodo en Internet, la revista Matador o el festival PhotoEspaña) en una oficina del barrio de Huertas, en el centro de Madrid. Allí se abren los sueños de gloria de aspirantes a directores de cine en el ordenador de Nani Fernández, de 31 años, coordinadora del festival. Ella ve todo lo que llega, y hace una primera selección cuyos criterios son simplemente el buen gusto y el sentido común. "Nos mandan de todo, algunas cosas muy fuertes", cuenta para justificar la criba.

Fernández muestra unos pocos trabajos que dan idea de la variedad de propuestas. En Roberto Carlos, por ejemplo, un odioso cabeza rapada chillón con bufanda del Real Madrid obliga a todos los pasajeros de un autobús a corear un gol del defensa brasileño. En La nube, sin embargo, la apuesta es decididamente estética, más que dramática. Otros, como Lo hacemos o Sólo quería jugar, demuestran que basta con 30 segundos para captar la atención del espectador contándole una historia, sin tratar de venderle nada.

Se descarta el porno explícito. Llegan tantos trabajos de este tipo que incluso se plantearon hacer una sección porno dentro del festival. Pero en general, Nani Fernández destaca que "todo cabe", da igual su factura, mientras detrás haya una idea. Por ejemplo, ha llegado uno "que se llama De maíz a palomita, que dura ocho segundos y es divertidísimo". En él se ve a un tipo que se incorpora y abre los brazos, dando a entender que es una palomita de maíz que se abre.

"Hoy día, un creador, en cualquier ámbito, es una persona delante de un ordenador", afirma Alberto Fesser, hermano del anterior y responsable de la revista cultural Notodo. Si hacemos un repaso por la fotografía, la música, la arquitectura, la literatura... "Todas las creaciones terminan en un fichero". Y ese fichero se puede reproducir en cualquier ordenador del mundo a través de Internet. "Con muy poca producción puedes enseñar tu talento".

Para separarse del concepto de concurso de vídeos caseros, el festival estuvo concebido con gran ambición desde el principio. "Éste es un festival de directores de cine", recalca Alberto Fesser. Reparte 35.000 euros en premios y ha contado en sus jurados con directores como Julio Medem, Terry Gilliam, Juanma Bajo Ulloa, Álex de la Iglesia, Icíar Bollaín, Alejandro Amenábar o Isabel Coixet. Los directores que participan en el jurado se comprometen a hacer un cortometraje en las mismas condiciones que los participantes. Este año, Nacho Vigalondo, candidato al Oscar al mejor cortometraje el año pasado, presenta su último trabajo, Domingo, dentro del festival. Vigalondo participó en el festival con un trabajo anterior.

Los autores ceden los derechos de los cortos participantes, pero éstos no se explotan comercialmente. En total, entre premios, mantenimiento de la web, publicidad y fiesta de entrega, el presupuesto de cada edición de Notodo asciende a "unas decenas de millones de pesetas". Se trata de calderilla al lado de otros grandes acontecimientos cinematográficos, sobre todo teniendo en cuenta que "el público son cientos de miles, y además, cada uno de ellos se lleva una copia de la película a casa", destaca Alberto Fesser.

En la edición que ganó Exprés, el triunfador popular fue Un día con Amenábar, un corto de animación firmado por Alberto González Vázquez. "Fue una locura. Tuvo más descargas que el ganador", cuenta Nani Fernández. La película es desternillante, pero hace una caricatura de Amenábar no precisamente amable con la que disfrutaron miles de espectadores. Quizá dentro de unos años sea Sánchez Arévalo el que inspire a otros.

Nani Fernández, coordinadora de Notodofilmfest, en las instalaciones de La Fábrica.
Nani Fernández, coordinadora de Notodofilmfest, en las instalaciones de La Fábrica.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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