Gijs van Hensbergen afirma que el 'Guernica' es hoy "símbolo de paz"

"El Guernica ha cambiado y madurado, desde un cuadro bélico a símbolo de reconciliación y de paz", afirmó ayer el historiador holandés Gijs van Hensbergen, afincado en Gran Bretaña, en la presentación de su libro Guernica. La historia de un icono del siglo XX (Debate, www.editorialdebate.com), en la librería La Central, del Museo Reina Sofía. El ensayo es una historia de la obra de Pablo Picasso, encargada por la República para el pabellón español de la Exposición Internacional de París de 1927.

El autor de la biografía de Antoni Gaudí -no se han traducido al español sus libros sobre art déco y de viajes por España- se acerca al 25º aniversario de la llegada del Guernica, que se celebrará el próximo año con exposiciones en el Museo del Prado -del que Picasso fue nombrado director- y en el Reina Sofía -que tiene el mural en la segunda planta- con un estudio sobre la gestación de la obra, las itinerancias por distintos países, la España de Franco, la transición, las negociaciones y su llegada a Madrid en 1981. "El Guernica es también un símbolo de la España que ha vuelto a nacer", manifestó Van Hensbergen, que empieza su estudio en 2003, en Naciones Unidas, en los preparativos de la guerra de Irak, con las declaraciones de los políticos ante el tapiz del Guernica donado por Nelson Rockefeller, que llegó a ser tapado con una sábana azul ante la "poderosa denuncia" del artista. El escritor cree que es un cuadro "hermoso y terrorífico", que conmueve a los espectadores "hasta las lágrimas".

Van Hensbergen considera que Picasso y el Guernica "es una historia de supervivencia" desde que lo pinta en 1937 tras el bombardeo de la ciudad de Gernika por los aviones alemanes de la Legión Cóndor y se convierte en un "símbolo universal", con elementos plásticos de la tragedia griega y el mundo mediterráneo. El autor ha estudiado los viajes del cuadro como apoyo a la República (en Manchester se mostró en un concesionario de coches) hasta su depósito en el Museo de Arte Moderno (MoMA), de Nueva York, donde se expuso durante tres décadas y fue considerado "corrupto y peligroso, algo tóxico". El historiador se refirió ayer a algunos aspectos tratados en el libro, como el mito de Picasso, el único artista que "podía mirar al sol sin pestañear", el intento de acercamiento de Primo de Rivera en San Sebastián y la aprobación de Franco a finales de los sesenta para que el cuadro estuviera en España.