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La farmacéutica Merck anuncia 7.000 despidos, la mitad en EE UU

El plan persigue compensar menores ingresos por el fin de patentes

La farmacéutica estadounidense Merck anunció ayer un amplio plan de reestructuración por el que eliminará 7.000 empleos para finales de 2008, el equivalente al 11% de la plantilla global. La compañía prevé el cierre o la venta de cinco de sus 31 plantas de producción, y de tres centros de investigación. La mitad de los despidos se acometerán en EE UU. En España, Merck tiene 1.400 trabajadores.

La filosofía sobre la que se basa el plan de Merck es sencilla: reducir el tamaño para competir. Una estrategia que se asemeja a la que quiere aplicar General Motors en la industria del automóvil, que atraviesa por una profunda crisis. Merck espera ahorrar hasta 4.000 millones de dólares anuales (3.450 millones de euros) hasta 2010, que utilizará para compensar la caída de ingresos por la expiración de algunas de sus principales patentes.

Merck llegó a ser la mayor farmacéutica del mundo. Ahora ocupa el tercer puesto, pero se ve amenazada por los problemas legales de su tratamiento contra el dolor Vioxx y por el fin de varias de sus patentes, como la del fármaco contra el colesterol Zocor, el segundo medicamento más vendido en el mundo tras el Lipitor de Pfizer. La idea del grupo, con sede corporativa en Nueva Jersey, es cerrar o vender cinco de sus 31 plantas, reducir la capacidad en otras tantas y cerrar tres centros de investigación. Esto se traducirá en un recorte de empleo que afectará al 11% de la plantilla global.

Los 7.000 despidos empezarán a acometerse en 2008, la mitad de ellos en EE UU, que se suman a los 825 anunciados el mes pasado. La compañía cuenta con 63.000 empleados, 1.400 de ellos en España. Pero Merck no ha precisado aún dónde se realizarán las regulaciones de plantilla ni las plantas afectadas, que se darán a conocer esta semana. "Se trata de un importante primer paso para colocar a Merck frente a los retos que afronta la compañía", afirmó su presidente ejecutivo, Richard Clark, que se puso al frente de la farmacéutica en mayo.

Ahorro de 4.000 millones

Clark dejó ayer la puerta abierta a nuevos ajustes y explicó que la compañía busca "mejorar la manera en la que investiga, desarrolla, produce y comercializa medicamentos". El grupo estadounidense espera así reducir los costes en 4.000 millones anuales entre 2006 y 2010, con el objetivo de compensar la caída de ingresos por el fin de las patentes. Sólo en el caso de Zocor, la compañía estima que las ventas de este medicamento caerán de los 4.500 millones previstos para este año hasta los 2.200 millones, debido a la competencia de los genéricos. El grupo también espera una caída en las ventas de Fosamax (contra la osteoporosis), mientras que prevé que se mantengan estables en el caso del Cozaar (presión arterial).

Las intenciones de la ejecutiva de Merck no convencieron ayer a Wall Street, que suele aplaudir estos recortes. La incertidumbre sobre el futuro de la farmacéutica dominó ayer la evolución de la cotización en la Bolsa, donde los inversores han visto perder el 70% del valor de Merck en los últimos años. Los títulos de Merck caían un 4% a media jornada, situándose por debajo de los 30 dólares, muy lejos de los 100 dólares de diciembre de 2001.

El plan de reestructuración se anuncia a pocos días de que arranque en Houston (Tejas) el tercer juicio contra su tratamiento Vioxx. El polémico antiinflamatorio fue retirado del mercado hace poco más de un año tras revelarse que multiplicaba los riesgos de infarto y de derrame cerebral. Merck perdió de golpe unos ingresos de 2.500 millones anuales y se enfrenta a 6.400 demandas, que podría acarrearle unos desembolsos superiores a los 40.000 millones.

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