La definición de terrorismo atasca la Cumbre Euromediterránea en su inicio

La falta de consenso en la redacción del llamado Código de Conducta Antiterrorista se está convirtiendo en uno de los principales escollos de la Cumbre Euromediterránea, que empieza hoy en Barcelona. El encuentro, al que estaban invitados los jefes de Estado y de Gobierno de los 25 Estados de la UE y de los 10 de la ribera sur del Mediterráneo, se verá deslucido por el escaso nivel de representación de las delegaciones de estos últimos países. El presidente egipcio, Hosni Mubarak; el rey Abdalá de Jordania; Mohamed VI de Marruecos, y el primer ministro israelí, Ariel Sharon, han excusado su asistencia.

A pesar de estos contratiempos, las delegaciones registraron avances significativos en los temas relacionados con la inmigración y el reconocimiento de las instituciones de la sociedad civil. El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, manifestó ayer su esperanza de que la asociación Euromediterránea sea "la chispa que vuelva a poner en marcha la cumbre europea".

La Cumbre, que persigue fortalecer el Proceso de Barcelona, iniciado en 1995, cuyo principal objetivo es la creación de una zona de Libre Comercio en la región en 2010, pretende alcanzar un amplio acuerdo sobre los dos nuevos fenómenos que sacuden los países de ambas orillas: el terrorismo y la inmigración

En el documento del Código de conducta antiterrorista, la presidencia, por las presiones de Israel, no acepta el reconocimiento del derecho de resistencia a la ocupación que esgrimen los árabes según el protocolo del convenio de Ginebra. El texto propuesto por el Grupo árabe afirma: "Nada en este código de conducta contradice el derecho de los pueblos bajo ocupación extranjera a luchar hasta el fin de acuerdo con el derecho internacional y las leyes humanitarias internacionales".

La Unión Europea, haciéndose en parte eco de las posiciones de Israel, considera por su parte que después de la escalada de atentados de los últimos años "no tiene ningún sentido introducir matices al hablar del terrorismo", según indicaron fuentes diplomáticas. Sobre este punto el texto propuesto establece: "Reafirmamos que todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación, y en este contexto, dar pasos legales para la consecución de este derecho, y reafirmamos que los ataques terroristas no pueden ser justificados ni legitimados por ningún motivo o agravio".

Este escollo podría allanarse si se lograra un acuerdo en el segundo de los tres documentos básicos, que define la "visión común" sobre la Cumbre. En este caso Israel rechaza el último borrador, en el que se hace una referencia a la retirada de Israel de los territorios, "ocupación que empezó en 1967". El Grupo árabe también se niega a asimilar el concepto de "violencia" al de "terrorismo".

El encuentro puede quedar oscurecido por la ausencia de los principales mandatarios árabes. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, excusó ayer su asistencia. Fuentes diplomáticas justificaron la ausencia del rais de Egipto por las elecciones que ayer se celebraron en este país. También se excusó Abdalá II de Jordania. El rey de Marruecos, Mohamed VI, y el presidente sirio, Bachar el Asad tampoco estarán en Barcelona. Ni el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ni el jefe de su diplomacia, Silvam Shalom, tenían previsto viajar a Barcelona. El ministro de Comercio de Israel, Edhud Olmert, asumirá la representación israelí.

Avance en inmigración

Las únicas primeras autoridades de los países de la orilla sur del Mediterráneo que participan son el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, fue trasladado anoche a un hosptial de París por un problema gastrointestinal, por lo que tampoco estará en la cumbre.

Las delegaciones alcanzaron ayer avances significativos en las negociaciones sobre inmigración y reconocimiento de las instituciones civiles. Los Veinticinco se comprometieron a actuar en varias líneas para favorecer la inmigración legal, con independencia de los compromisos de agilizar el trámite de pasaportes. En contrapartida, se espera de los países árabes una mayor colaboración en acogida, en relación con la devolución de los inmigrantes ilegales.

El Grupo árabe exige una mayor precisión en la definición de las instituciones civiles que pueden recibir ayudas de la UE. Uno de los objetivos es precisamente fortalecer los lazos a través de la sociedad civil. Algunos países árabes con un bajo nivel de desarrollo democrático quieren controlar el dinero que reciben las distintas organizaciones humanitarias.