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AL VOLANTE | PRUEBA
Columna
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Suavidad sorprendente

El nuevo Clio se parece por fuera al anterior modelo y puede parecer una simple puesta al día, pero es un coche nuevo. Se nota en la calidad de acabado, en la amplitud de las plazas delanteras y, sobre todo, en el tacto suave y preciso de todos los mandos (volante, cambio y pedales). Y también en el aislamiento interior y las suspensiones, que filtran muy bien los ruidos de rodadura y ofrecen la sensación de consistencia de un coche grande.

Un turbodiésel muy austero

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Sensaciones de coche grande en un utilitario

El motor 1.5 dCi turbodiésel del nuevo Clio se ofrece en versiones de 68, 86 y 106 CV. La primera es apropiada para circular en ciudad, y la última destaca por sus prestaciones, pero la intermedia, la elegida para la prueba, ofrece un equilibrio y rendimiento correctos, y es la más interesante y rentable para un uso normal.

A pesar de que el nuevo Renault pesa unos 130 kilos más, el motor mueve bien el coche, permite circular con alegría en ciudad y puede afrontar sin agobios cualquier viaje. Destaca por su elasticidad, porque responde con fuerza desde 1.500 vueltas y se estira progresivamente hasta 4.500 sin aparente esfuerzo, lo que se agradece en el tráfico urbano y también en carretera. Además lleva un cambio de cinco velocidades bien escalonado que aprovecha la potencia y sólo exige elegir la marcha correcta al adelantar, porque tarda en ganar velocidad.

Por lo demás llanea muy bien y afronta las subidas sin perder el ritmo ni tener que reducir. Pero lo mejor es el consumo, porque gasta muy poco: apenas supera los cinco litros en conducción suave y sólo pasa de siete en ciudad y cuando se estiran las marchas.

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Tacto sólido y consistente

Con una distancia entre ejes generosa y unas suspensiones derivadas de su hermano mayor el Mégane, este Clio sorprende con un tacto refinado y una rodadura impecable que lo sitúan en un escalón superior a los modelos de su tamaño y permiten afrontar viajes largos con un confort destacable.

Es un coche cómodo, pero ofrece a la vez una estabilidad notable para disfrutar su din

amismo con seguridad, en especial con las ruedas opcionales 195/50/16, que sólo cuestan 100 euros. Con esta base de partida resulta fácil y agradable de conducir, filtra las vibraciones del piso y la rodadura sin que se noten y parece flotar sobre el asfalto, pero manteniendo siempre un aplomo y consistencia sobresalientes y poco habituales en utilitarios. Así, transmite una sensación de calidad, control y seguridad muy gratificante para el conductor, es muy manejable, obedece con exactitud al volante y balancea poco en las curvas.

A pesar de montar frenos de tambor en el eje trasero, para el peso muy bien, incluye un buen ABS y no se desequilibra nunca, incluso pisando el pedal en pleno giro. Sólo se echa en falta el control de estabilidad ESP, un elemento imprescindible que se ofrece como opción (600 euros).

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