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Los turcochipriotas derriban uno de los símbolos de la división de Chipre

El líder grecochipriota, dispuesto a abrir un paso en el centro de Nicosia

Una brigada de trabajadores turcochipriotas comenzó a derribar el jueves las barreras de alambre de espino que dividen desde hace cuatro décadas la calle Ledra, el principal eje comercial del centro histórico de Nicosia, la capital de Chipre. El presidente de Chipre, el grecochipriota Tassos Papadopoulos, salió ayer al paso del gesto turcochipriota al anunciar que su Gobierno está listo para "abrir la barrera en 48 horas".

El simbólico gesto de derribar las barreras de la calle Ledra -la vía peatonal que atraviesa de norte a sur el perímetro de las murallas venecianas de Nicosia- no va a servir, por ahora, para reanudar las conversaciones para la reunificación de la isla. Los habitantes de los sectores turco y griego de Nicosia deben dar largos rodeos para poder cruzar al otro lado de la Línea Verde, la zona tampón sembrada de alambradas que divide la isla y que parte en dos el corazón de su capital.

Camiones y excavadoras se presentaron el jueves sin previo aviso en el lado turco de la calle Ledra y comenzaron a derribar todo tipo de barreras con el visto bueno de los cascos azules de Naciones Unidas, que actúan como fuerza de interposición entre ambas comunidades desde la década de los sesenta del siglo pasado.

La apertura de un paso peatonal en la calle Ledra puede insuflar nuevas esperanzas para los 250.000 habitantes de Nicosia, tras el fracaso del referéndum convocado en abril del año pasado por la ONU para la reunificación de la isla. A pesar de que los turcochipriotas dieron su apoyo masivo al plan del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para crear un Estado federal con amplia autonomía para ambas comunidades de la isla, los grecochipriotas lo rechazaron de plano.

Chipre se incorporó a la UE el 1 de mayo de 2004, pero sólo la zona sur de la isla, bajo Administración grecochipriota, forma parte de hecho de la Unión. Turquía invadió en 1974 el norte de Chipre ante un intento de anexión a Grecia de la isla. Desde entonces mantiene más de 30.000 soldados en el tercio norte del país.

Los comerciantes de ambos lados de la Línea Verde han reclamado la apertura de un paso en el centro de la ciudad para reactivar la actividad económica en el languideciente casco histórico de la capital chipriota.

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Apertura antes de Navidad

"Esperamos poder abrir el paso en la calle Ledra antes de Navidad", asegura Simavi Asik, alcalde adjunto de la parte turcochipriota de Nicosia. "Si ellos pueden abrir las barreras en su parte, nosotros sólo esperamos recibir la autorización de la ONU para abrirlas en nuestro sector", explica Michalakis Zampelas, alcalde de la parte grecochipriota de la ciudad. "El gobierno está listo para abrir las barreras en 48 horas", proclamó ayer Tassos Papadopoulos, presidente de la República de Chipre, única entidad que cuenta con el reconocimiento internacional.

"Al menos se trata de una señal de esperanza en un momento en el que no se vislumbraba el menor optimismo en el proceso de reunificación de la isla", destacaba un diplomático europeo destacado en Chipre.

La calle Ledra fue cortada por primera vez en 1958, durante unos enfrentamientos entre civiles de ambas comunidades. Tras la independencia de Chipre, concedida por el Reino Unido en 1960, los nuevos choques intercomunitarios de 1963 obligaron a cerrar definitivamente el tránsito por el corazón comercial de Nicosia. La zona central de la calle de Ledra era llamada entonces la Milla de la Muerte, dada la dureza de los enfrentamientos armados entre las milicias turcas y griegas. La invasión turca asfixió durante décadas toda esperanza de reconciliación en la isla.

Cerca de las barricadas de la calle Ledra en el sector grecochipriota, los turistas frecuentan la terraza del café Check Point Charlie, así llamado en recuerdo del legendario puesto de control que separaba el Este del Oeste de Berlín. Su principal atractivo son las vistas a las barreras de la última capital dividida de Europa.

Cascos azules de la ONU vigilan los trabajos de demolición de barreras en el sector turcochipriota de Nicosia.
Cascos azules de la ONU vigilan los trabajos de demolición de barreras en el sector turcochipriota de Nicosia.EFE

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