Los vecinos de Ripoll desalojados de sus pisos por grietas no podrán regresan a sus casas antes de cinco meses

Los ocho vecinos del edificio número 10 de la plaza Gran de Ripoll desalojados el pasado martes por la aparición de grietas en sus viviendas no podrán volver a ellas hasta mayo del 2006, cuando se prevé que acaben los trabajos de reparación de los desperfectos, según informaron ayer fuentes municipales.

Según los informes de los arquitectos municipales, los técnicos de la obra y el de la comunidad de propietarios, los trabajos de restauración del edificio para garantizar su estabilidad se prolongarán al menos cinco meses.

Ayuntamiento y vecinos han llegado a un acuerdo para que sea la propietaria del inmueble quien se encargue de todas las obras necesarias para arreglar los cimientos del edificio. Por lo tanto, éste seguirá desalojado hasta que estos trabajos terminen.

Las ocho personas que vivían en el edificio tuvieron que salir de sus casas a raíz de que un decreto de alcaldía les obligara a desalojar la casa por riesgos en la estructura. La propietaria, Maria Santanach, achacó a las obras del teatro de la Lira, que se está contruyendo en la plaza, las grandes grietas que se han abierto en el edificio.

La alcaldesa de Ripoll, Teresa Jordà, afirmó: "Después de la valoración de los técnicos municipales, no hemos podido determinar que las grietas que aparecieron en el edificio se deban a las obras. Las grietas están en paredes secundarias, no en la fachada, y hay que destacar que estamos hablando de un edificio que se encuentra en un estado muy delicado. Pero lo que está claro es que las obras no hicieron ningún bien a este inmueble y no queremos que se produzca el efecto dominó".

Paralización de las obras

La alcaldesa añadió: "Nos comprometemos a paralizar las obras de la plaza. Además, hemos pedido a los arquitectos del proyecto de la Lira un informe donde nos detallen las medidas de seguridad que van a tomar para así tener la seguridad de que las obras no afectarán a los edificios colindantes".

Eso seguramente hará que se retrasen los plazos marcados para terminar el teatro y la plaza, pues las obras se paralizarán durante dos semanas cuando los operarios hayan terminado de colocar el hormigón.

Mientras, los vecinos han sido realojados en casa de familiares y en hoteles a cargo del consistorio de Ripoll.

A pesar del acuerdo, la propietaria de la finca continúa denunciando la lentitud del Ayuntamiento en atender su demanda y sostiene que "las grietas han salido por culpa de las obras".