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¿El fin de los grandes simios?

El secretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan ha presentado recientemente en Londres un preocupante informe alertando del riesgo de extinción masiva de los grandes simios que pueblan el planeta. El informe, denominado Atlas de los Grandes Simios y su conservación concluye que, en el plazo de 30 años, el 92% de las zonas en las que habitan los primates antropoides (gorilas, orangutanes, bonobos y chimpancés) quedarán gravemente dañadas como resultado de los impactos provocados por el ser humano. El estudio señala que las principales causas de esa situación son la fragmentación y fragilidad de los hábitats en los que viven las poblaciones de simios, la caza y comercialización de ejemplares, la pobreza de los países anfitriones y las enfermedades como el ébola, que los están diezmando.

El exterminio de grandes simios es consecuencia directa de la pobreza de las poblaciones de los países donde se asientan

Los grandes simios poseen un ADN similar en un 96% al del ser humano. En el caso de los chimpancés, la similitud es del 98,4%. Los grandes simios y los seres humanos compartimos un ancestro común, lo que hace que formemos parte del mismo orden zoológico, los primates. Experimentos realizados a lo largo de las últimas décadas han mostrado las significativas facultades que poseen a la hora de aprender diversos lenguajes, adquirir comportamientos o mostrar reacciones emocionales similares a las de las personas.

La amenaza de extinción que se cierne sobre los grandes simios no es una amenaza aislada. Forma parte de una crisis más general, la desaparición de la biodiversidad o diversidad biológica que está aconteciendo en la Tierra. La tasa de desaparición de diversidad biológica es de tal envergadura que los expertos hablan ya abiertamente de la sexta gran extinción. Es, en la actualidad, entre cien y mil veces superior a la de los tiempos pre-humanos. Edward O. Wilson, uno de los grandes expertos mundiales en el tema, ha calculado que el ritmo de desaparición de especies es de 27.000 al año, tres cada hora.

En los últimos 600 millones de años la Tierra ha conocido cinco grandes extinciones en las que se perdieron entre el 75% y el 95% de las especies existentes en cada momento. Las causas fueron siempre fenómenos naturales. La sexta gran extinción es debida a la depredación generalizada de una especie, el Homo sapiens, sobre la biosfera. No obstante, hay que señalar también que, según los especialistas, el planeta conoce el periodo de mayor diversidad biológica que se haya dado en cualquier otro momento de su historia evolutiva. El número de especies existentes en la Tierra no es conocido, pero las estimaciones más rigurosas lo sitúan en torno a 13,6 millones, de las que únicamente 1,75 millones han sido catalogadas (Global Biodiversity Assessment, Programa Ambiental de las Naciones Unidas 1995).

La destrucción de hábitats, junto con las prácticas agrícolas intensivas, la introducción de nuevas especies y, cada vez más, la incidencia del cambio climático son las causas principales de la pérdida de biodiversidad. Concretamente, la Amazonia, el ecosistema más importante del mundo en diversidad biológica, ha visto destruida en las últimas décadas el 17% de su superficie total.

En la actualidad, apenas quedan 350.000 ejemplares de grandes simios en libertad repartidos en las selvas de 23 países de África y Asia. Según el citado informe de las Naciones Unidas esos países se encuentran entre los más pobres del mundo. El exterminio de las poblaciones de grandes simios es consecuencia directa de dicha pobreza. Si la gente no encuentra otras opciones depreda indiscriminadamente la naturaleza de su entorno, cazando para comer, comercializando las capturas, quemando parcelas de bosque primario para crear tierras agrícolas en las que cultivar...

Si se quiere salvar a los grandes simios de una extinción segura, es imprescindible y urgente una acción internacional concertada. En esa dirección se ha celebrado recientemente en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, la Primera Sesión del Proyecto de Supervivencia de los Grandes Simios (GRASP). El proyecto es una iniciativa concebida para desarrollar una amplia cooperación mundial con el fin de proteger a estos animales. A los encuentros acudieron 600 representantes de los distintos ámbitos que abogan por su protección. Entre los delegados se encontraban ministros de 23 países africanos.

De la reunión surgió la Declaración de los Grandes Simios, mediante la cual los firmantes se comprometen a impulsar la Estrategia Global del GRASP, a poner en marcha Planes Nacionales para la Supervivencia de los Grandes Simios, a reducir para el año 2010 el actual ritmo de extinción, a conseguir que para el 2015 esté garantizado el futuro de las especies y subespecies que viven en libertad y a asegurar beneficios económicos ecológicamente sostenibles para las comunidades locales e indígenas en las que se apliquen los planes. Los firmantes subrayaron, asimismo, la necesidad de recibir apoyo internacional para poder llevar a buen fin esos compromisos procurando que los ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo se hagan eco de esas aspiraciones conservacionistas.

Kofi Annan ha señalado en la presentación del Atlas que "los grandes simios son nuestros parientes pero, tristemente, no los hemos tratado con el respeto que se merecen". La gravedad que implica su desaparición no se mide sólo en términos biológicos, sino simbólicos. Su extinción supondría el exterminio de unos seres con los que estamos estrechamente emparentados en términos evolutivos. Mostraría la incapacidad de nuestra especie para preservar formas de vida altamente evolucionadas que comparten con nosotros una casa común, la Tierra. Sencillamente, no podemos permitir que los hijos e hijas de nuestros hijos crezcan en un mundo en el que no existan gorilas, orangutanes, bonobos o chimpancés viviendo en libertad.

Antxon Olabe es economista ambiental e Izaskun Santiago, técnico ambiental.

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