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El Gobierno tripartito rechaza las enmiendas a los presupuestos

CiU y PP critican el alza del gasto y Castells les tacha de neoliberalesEl consejero de Economía rechaza que el Ejecutivo haya subido los impuestos

Claudi Pérez

No hubo sorpresas en el debate sobre las enmiendas a la totalidad de los presupuestos catalanes de 2006: el pleno del Parlamento catalán rechazó ayer, con los votos del tripartito, las enmiendas a la totalidad presentadas por CiU y PP a las cuentas públicas. El titular de Economía, Antoni Castells, puso el acento en la orientación "social" de las cuentas públicas y en la necesidad de un nuevo sistema de financiación de cara a presupuestos futuros.

La Generalitat gastará casi 30.000 millones de euros en 2006, el 12% más. En la primera de las dos jornadas de debate sobre las enminedas a la totalidad, Castells mostró su "confianza" en que los presupuestos del próximo año recojan las "bases" de una nueva financiación en el marco del Estatut. Y aseguró que Cataluña vuelve a ser la "locomotora" de la economía española, "pese a los ataques del PP".

El diagnóstico que esbozaron CiU y PP es radicalmente distinto. Los presupuestos catalanes de 2006 son "expansivos", "aumentan la presión fiscal" y no dan respuesta a las dificultades que tiene sobre la mesa la economía catalana -diferencial de inflación, abultado déficit comercial y deslocalizaciones industriales, básicamente-, a juicio de la oposición. Tanto Antoni Fernàndez Teixidó (CiU) como Josep Piqué (PP) pidieron al Ejecutivo catalán una rebaja de impuestos y criticaron el "excesivo" crecimiento del sector público catalán. Castells respondió con rotundidad: acusó de "neoliberales" tanto a la federación nacionalista como al PP, y aseguró que el Gobierno catalán "no ha subido la presión fiscal".

"La reforma del impuesto de sucesiones introduce rebajas, pero este Gobierno no comparte el modelo neoliberal de la derecha y no va a eliminar este impuesto", remachó. Fernàndez Teixidó le recordó que otras comunidades sí han eliminado la tributación sobre sucesiones, a lo que Castells contestó que esta práctica "supone una competencia fiscal perjudicial para todas las comunidades".

A propósito de la presión fiscal, Teixidó, Piqué y Castells se enzarzaron en una discusión sobre sus respectivos modelos económicos, en el que el consejero acusó a la federación nacionalista y al PP de defender opciones favorables a "una reducción masiva de los impuestos y de la presencia del sector público".

Fernàndez Teixidó calificó los presupuestos como "un mero trámite que no resuelve los problemas de la economía y pone de manifiesto los problemas de un Gobierno plagado de contradicciones". Según Piqué, "éstos no son los presupuestos rigurosos que necesitaría una economía que se enfrenta ante un posible cambio de ciclo". El líder del PP catalán aseguró que el presupuesto de 2006 se basa en unas cuentas públicas "incrementalistas".El modelo económico centró una parte del debate sobre las enmiendas a la totalidad. Pero la oposición coincidió también al denunciar la subida de la presión fiscal.

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Castells sostuvo que la presión fiscal -la suma de la recaudación de impuestos directos, indirectos y tasas con relación al producto interior bruto (PIB), sin incluir las cotizaciones sociales territorializadas- "está estancada y no crece en los presupuestos de 2006". Y que incluso bajaría de no ser por el aumento en la recaudación del impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, que refleja la fuerte revalorización del precio de la vivienda. La recaudación total sobre el PIB o presión fiscal pasa del 8,31% en 2005 al 8,48% en 2006, según cálculos contrastados con el Departamento de Economía.

"La presión fiscal crece en 2006 como ya creció en los presupuestos presentados el pasado año, con un centenar de nuevas tasas y hechos imponibles en los últimos tres años y la subida de la tributación del agua. Y esa subida es mortal para la competitividad de las empresas", aseguró Fernàndez Teixidó, que en el plano fiscal cerró sus críticas con una petición, que fue desechada por Castells: "Retiren el impuesto de sucesiones, como han hecho otras comunidades".

Piqué explicó que las cuentas públicas "reflejan el creciente peso del sector público, con 11.000 nuevos puestos de trabajo en la Administración, y responden a una política fiscal expansiva". Además, censuró el "extraño" crecimiento de algunos impuestos, entre los que citó el de transmisiones patrimoniales. "En la oposición aseguraban que harían reformas para desacelerar el alza de precios de la vivienda. Al final lo van a conseguir, pero no será por su política, sino por el incremento de los tipos de interés", argumentó.

Publicidad y propaganda

El debate continuó por la tarde con la discusión sectorial del presupuesto de Presidencia, Relaciones Institucionales y Política Territorial. CiU y PP coincidieron en denunciar las cuentas del Departamento de Presidencia por el aumento de los recursos destinados a "publicidad y propaganda". El diputado convergente Lluís Maria Corominas aseguró que el incremento se debe a que el tripartito "está pensando en un posible anticipo electoral".

El diputado de Iniciativa Jaume Bosch, que defendió el presupuesto del Departamento de Relaciones Institucionales, exigió al convergente Francesc Homs "más respeto y menos descalificaciones". Homs había afirmado que las cuentas asignadas a este departamento son "erario público malgastado", porque el presupuesto prevé la creación del Instituto del Memorial Democrático y el fomento de la participación ciudadana.

Asimismo, Josep Rull, diputado de CiU, se encargó de denunciar el "engaño" del Departamento de Obras Públicas y Política Territorial en lo relativo a inversión pública, "al haber ejecutado sólo el 68% de lo presupuestado este año". El socialista Roberto Labandera le pidió, irónicamente: "No muera de escepticismo".

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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