Una oportunidad laboral para 165 cerebros
El CSIC convoca este año un 10% más de contratos en prácticas para investigadores de 25.580 euros anuales
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha convocado 165 nuevos contratos en prácticas para investigación postdoctoral, de tres años de duración y dotados con 25.580 euros anuales. El objetivo de este programa, financiado por el Fondo Social Europeo, es formar científicos que puedan trabajar luego en la empresa privada.
La Federación de Jóvenes Investigadores califica los programas de contratación como 'parches' al problema de la precariedad laboral
Los investigadores seleccionados para trabajar dentro del programa de contratación I3P (Itinerario Integrado de Inserción Profesional) trabajarán en cualquiera de los 116 centros e institutos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) durante tres años. Los contratados percibirán en ese periodo un salario bruto de 25.580 euros anuales. Este programa del CSIC, de carácter anual, está cofinanciado con el Fondo Social Europeo. Las bases completas de la convocatoria se pueden consultar en la dirección de Internet www.csic.es.
"En la convocatoria de este año hemos incrementado los contratos en un 10% respecto al programa de 2004. Además, se diferencia de convocatorias anteriores en que queremos investigadores jóvenes. Antes no poníamos límite de tiempo; ahora, en la mayoría de los contratos, no tiene que haber pasado más de 10 años desde que el solicitante consiguió el título de Doctor hasta ahora ", explica José Juan Sánchez Serrano, subdirector general de Programación, Seguimiento y Documentación Científica del CSIC.
El comité de selección valorará el expediente de los solicitantes, su formación en el doctorado y también, por ejemplo, si han trabajado en algún laboratorio. "El investigador tiene que especificar en su solicitud en qué grupo de investigación del CSIC quiere estar durante los tres años que dura el programa", cuenta Sánchez Serrano. El objetivo de este programa es formar a investigadores que luego pasen a trabajar en el sector privado. "Para ello, valoramos que la investigación tenga interés social y empresarial, que sirva para la industria", agrega Sánchez Serrano. "Con el programa formamos a doctores especialistas. Los solicitantes pueden provenir de ámbitos tan dispares como la biomedicina o las humanidades", señalan desde el CSIC.
De las 165 plazas, 13 están reservadas para investigadores que harán su trabajo en el ámbito de Astronomía en el Observatorio Astronómico de Calar Alto (Almería). El año pasado, 750 personas solicitaron una plaza en este programa de contratación. "Es uno de nuestros programas estrella, damos una plaza por cada seis solicitantes", afirma Sánchez Serrano.
Este programa es similar a otros que hay en España, como el Juan de la Cierva o el Ramón y Cajal, ambos dependientes del Ministerio de Educación y Ciencia. El programa Juan de la Cierva promueve la contratación de doctores universitarios de cualquier especialidad por centros de I+D (Investigación y Desarrollo). Dura un periodo de tres años, durante los cuales los contratados cobran 23.500 euros. El Ramón y Cajal, con una duración laboral de cinco años, ofrece una retribución anual de 31.000 euros.
Desde la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios su presidente, Xosé Alfonso Álvarez Pérez, califica la propuesta del CSIC de "positiva", pero "no adecuada al número de gente que hay en el CSIC, donde el 50% del personal investigador es becario". "Lo crucial en este programa es que necesita un EPO (Ente Promotor Observador); es decir, una empresa que avala el proyecto que se presenta. Pero al final el CSIC no es muy riguroso con este tema y acaba valiendo casi el aval de cualquier empresa", aseguran desde esta organización.
"En este tipo de plazas, como las del programa Juan de la Cierva y el Ramón y Cajal, el problema viene después, cuando se acaba y los investigadores se quedan sin posibilidades de acceder a un puesto semejante", critica Álvarez Pérez, que califica estos programas como "sistema de parches".
Trabajadores sin derecho a paro
En España hacen falta 60.000 nuevos investigadores antes de que finalice esta década, según los expertos. El Estado tiene previsto aumentar en un 25% su presupuesto de I+D+i (investigación, desarrollo, innovación) con el fin de que en 2010 el conjunto de la inversión pública y privada sume 19.000 millones de euros, el 2% del Producto Interior Bruto (el doble de lo que se gasta ahora en España). Pero esta cifra está aún lejos del 3% que la Unión Europea ha fijado como objetivo para el 2010. "Poco dinero para un sector, el de la investigación, que avanza a marchas forzadas", denuncian desde la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios.
Muchos de los investigadores han tenido que hacer carrera fuera ante la falta de oportunidades laborales en España. La vuelta, después de haber trabajado en el extranjero, es difícil. "Aquí es complicado hacer investigación de calidad. No hay dinero", afirma una joven investigadora. Los que han decidido quedarse en España se buscan la vida entre becas universitarias y oportunidades en empresas privadas. Los que acceden a una ayuda universitaria, tienen un problema: pueden estar cinco años haciendo un trabajo sin tener después derecho al subsidio por desempleo.
Uno de los casos más sonados de precariedad ocurrió en 2000, cuando los jóvenes científicos Jordi Petriz y Óscar Fornas se quedaron en paro después de haber revolucionado las técnicas que se utilizan para informar de la cantidad y calidad de las células sanguíneas. Los dos tenían contratos precarios en el Instituto de Investigaciones Oncológicas de Barcelona. Después de que la polémica saltara a los medios de comunicación, recibieron una oferta de trabajo desde el ámbito público.
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