_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Odisea

A las 8.30, salgo de casa para coger el tren en la estación de cercanías de Majadahonda. Hay huelga, aunque hay servicios mínimos. Leo plácidamente un libro en el andén. Empieza a amontonarse cada vez más gente. A las 8.37, llega el tren y la gente empuja por hacerse con un preciado asiento. Me toca ir de pie y diviso un resquicio del paisaje; no puedo abrir el libro, mi vecino está muy cerca y a no ser que le pida permiso para apoyar el libro en su hombro derecho, no voy a conseguir mi propósito.

No me atrevo. 8.53. El tren llega a Príncipe Pío y el embudo de personas se adelanta a paso rápido. Yo prefiero dejar pasar a todos, aún no ha empezado la jornada y no quiero agobiarme. Es muy pronto y ya estoy sudando. Me dirijo a la estación de metro, concretamente la línea 10 hacia Alonso Martínez, y tres cuartos de lo mismo. Bueno, confieso que he leído una página en el trayecto del tren al andén del metro y que me he podido aflojar la bufanda.

En el andén del metro se arremolina la gente. Se apoltronan y calculan dónde se abrirá la puerta para entrar los primeros o simplemente para poder entrar. Ya son las 8.59. El tren se aproxima y entro el último como buenamente puedo. Como se me escurra el libro, allí no hay quien se pueda agachar a recogerlo. Mejor no pensarlo. Vuelta a sudar, menos mal que son sólo dos paradas. Por fin llego a mi destino, despeinado, entre adormecido (son las 9.06) y abrumado. Bueno, voy a trabajar, mañana más de lo mismo...

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_