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Reportaje:TECNOLOGÍA

Ventanas para todo en cualquier parte

¿Es un televisor o el monitor de un PC? Las pantallas han roto las fronteras entre la informática y lo audiovisual. Nacidas en tiempos de mestizaje electrónico, sirven para sintonizar la tele y para navegar por Internet, para ver películas en DVD o para enviar un mensaje de correo electrónico.

Fabricadas con paneles de cristal líquido (LCD) en la mayoría de los casos, son delgadas y minimalistas, y quedan bien en cualquier habitación. Son los televisores informáticos. Los modelos más grandes (de 32 a 43 pulgadas) ofrecen imágenes panorámicas y espectaculares que compiten con las del televisor de plasma para el salón. Más discretos, los de pantalla pequeña (de 10 a 26 pulgadas) se instalan poco a poco en el resto de la casa. Esta colonización no se ha producido antes porque los televisores y monitores de tubo resultaban demasiado aparatosos. Además, cada equipo tenía su función bien definida.

Las pantallas delgadas sirven para todo, son casi invisibles y se adaptan a cualquier habitación. Su único problema, el precio, está bajando lentamente desde 2004. A principios de 2005 cayó hasta un 40%. La demanda se disparó inmediatamente. La consultora GFK, en enero, vaticinaba una cifra de ventas en torno a los 600.000 televisores delgados en España para 2005. A mitad del año rectificó y anunció que rondarán el millón de unidades. Si la tendencia se mantiene, sólo el 15% de ellos serán grandes pantallas de plasma; el 85% restante se concentrará en toda una legión de pequeños televisores de cristal líquido, pensados sobre todo para dormitorios o despachos. En esta categoría llaman la atención por su precio algunos de 15 y 17 pulgadas. Los de marca desconocida pueden encontrarse por 300 o 400 euros, aunque, teniendo en cuenta que hay muchas calidades, conviene comparar antes de comprar.

Con pantallas más pequeñas (de 10 a 12 pulgadas), los modelos especializados para instalar en la cocina o el baño son más caros por estar diseñados para rincones específicos. Es el caso del modelo Icebox Flipscreen (2.000 euros), combinado de televisión (12,1 pulgadas), DVD, radio y miniordenador que se ajusta entre la encimera y los armarios superiores. Más sencillo y económico es el Lava LT-10CL Fashion (480 euros). Un televisor de 10 pulgadas con peana que se ajusta a cualquier rincón de la cocina o del baño.

Entre los inventos más ingeniosos para poner la tele en el baño destacan los televisores camuflados detrás de un espejo. Philips presentó los primeros en 2003 bajo el nombre de MirrorTV. Hoy también están disponibles de la mano de la firma andaluza Beyond. Para acompañar el afeitado o el cepillado de dientes con el telediario, el magacín o los dibujos animados.

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