Bush urge a las dos Coreas a firmar un tratado de paz
Washington y Seúl exigen a Pyongyang que desmantele su armamento nuclear
Los presidentes de EE UU y Corea del Sur, George W. Bush y Roh Moo-Hyun, introdujeron ayer una nueva pieza en la partida de ajedrez sobre el desmantelamiento nuclear de Corea del Norte. Acordaron la necesidad de celebrar conversaciones para sustituir la tregua que puso fin a la guerra de Corea (1950-1953) por un acuerdo de paz definitivo. Bush y Roh dijeron que esperan que este paso contribuya a resolver la crisis con Pyongyang.
Los dos mandatarios también se mostraron contundentes y recordaron al régimen de Kim Jong Il que "no será tolerada una Corea del Norte con armamento atómico". Estas declaraciones las hicieron en Gyeongju (antigua capital de Corea), tras una reunión bilateral en el marco de la cumbre de líderes de los países de APEC (siglas inglesas de foro de Cooperación Económica para Asia-Pacífico), que se celebra hoy y mañana en la cercana ciudad sureña de Busan.
En una declaración conjunta, señalan que el diálogo sobre el armisticio debe llevarse a cabo de forma independiente a las negociaciones multilaterales sobre la desnuclearización de la península. En éstas, además de EE UU y las dos Coreas, participan China, Japón y Rusia. "Los dos líderes han coincidido en que las conversaciones sobre un tratado de paz deberían mejorar la confianza y reducir la tensión militar en la península coreana", señala el comunicado.
Pyongyang, Seúl, Washington y Pekín -principales implicados en la guerra de Corea- iniciaron negociaciones en diciembre de 1997 para sellar una paz definitiva. Pero fracasaron al año siguiente, en parte por la insistencia del régimen norcoreano de que fuese incluida en la agenda la retirada de las tropas estadounidenses de Corea del Sur. El resultado es que, más de medio siglo después del fin de las hostilidades, la región sigue técnicamente en guerra. Algunos funcionarios del Gobierno de EE UU han asegurado que no parece posible la firma de la paz mientras no se resuelva el diferendo nuclear.
Aunque Bush y Roh discrepan sobre la forma de abordar el contencioso con Pyongyang, se mostraron firmes en el mismo discurso. Aseguraron que no tolerarán que Pyongyang posea armamento atómico y le instaron a que proceda al desmantelamiento de forma "rápida y verificable". "No tenemos
ninguna diferencia de opinión en este punto", dijo el presidente surcoreano.Roh se opone a una acción militar, en caso de que la diplomacia falle, y tampoco es partidario de llevar la disputa al Consejo de Seguridad de la ONU con objeto de imponer sanciones. Bush, sin embargo, no ha eliminado ninguna opción.
Las negociaciones a seis bandas celebradas el pasado septiembre en Pekín concluyeron con lo que pareció un avance prometedor, ya que Corea del Norte aseguró que pondría fin a su programa nuclear a cambio de ayuda, reconocimiento diplomático y garantías de seguridad. Pero, un día después, insistió en que no daría el paso si Washington no le suministraba antes un reactor atómico de agua ligera para generar electricidad. La ronda de contactos mantenida la semana pasada finalizó de nuevo en un callejón sin salida.
Bush se refirió ayer a este punto, pero no cedió un milímetro. "Consideraremos el reactor de agua ligera en el momento adecuado. Y el momento adecuado es después de que hayan abandonado de forma comprobable sus armas y/o programas atómicos". El presidente estadounidense manifestó su apoyo a una eventual reunificación de las dos Coreas. "Existe la posibilidad de que trabajando juntos, en algún momento, la península llegue a estar unida y en paz", dijo.
Corea del Sur tiene desplegados 3.000 soldados en el norte de Irak, y Bush le dio las gracias a Roh por ello. Se trata del tercer mayor contingente de fuerzas extranjeras en el país, tras los de Estados Unidos y Reino Unido.
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