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ESTRENO | 'Veinte años no es nada'

Joaquim Jordà cuenta la transición vista por sus "peones"

El documental 'Veinte años no es nada' es la continuación de 'Numax presenta...'

A finales de la década de los setenta, los trabajadores de la fábrica barcelonesa de electrodomésticos Numax tomaron las riendas de la empresa en régimen de autogestión, una experiencia a la que pusieron fin dos años después. El cineasta Joaquim Jordà (Santa Coloma de Farners, Girona, 1935) reflejó esta aventura en el documental Numax presenta... y planteó las últimas secuencias de tal manera que dieran pie a una continuación. Ésta ha llegado más de dos décadas más tarde con Veinte años no es nada, un retrato de la transición vista por sus "peones".

"Hay una visión oficial de la transición que no es la real. En esta película aparecen algunos de sus protagonistas reales", explica el cineasta, coautor del guión junto con Laia Manresa. Y lo aclara: "La transición se hizo con el sudor de mucha gente que se ha visto traicionada y totalmente desfavorecida. Ellos fueron los peones, los soldados, y sus generales los traicionaron". En Veinte años no es nada, un grupo de antiguos trabajadores de Numax cuentan qué ha sido de sus vidas desde entonces. Sus peripecias personales, sus desencantos, ilusiones y frustraciones son los de toda una generación que sufrió en sus propias carnes las dificultades de la reconversión industrial. "Hoy el proletario es el informático", describe.

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La elección de los personajes que centran la historia estaba hecha desde la película anterior. Numax presenta... acaba con una fiesta que sirvió para festejar dos finales: el del rodaje y el de la aventura autogestionaria de los obreros. Ante la cámara, todos ellos fueron desgranando sus planes de futuro: no volver a ser asalariados jamás, retirarse al campo para criar a los hijos en un ambiente más saludable, estudiar. Quienes supieron expresarse mejor o quienes anunciaron deseos que en realidad no eran individuales sino colectivos, se postularon como candidatos a la continuación.

Jordà estuvo tentado de rodarla pocos años después. Pensó que el programa Vivir cada día, que emitía Televisión Española, sería un buen marco para esta segunda parte. Finalmente, el proyecto no cuajó, y ahora se alegra. Cree que al documental le favorece el tiempo transcurrido, "ahora la perspectiva es mucho más amplia". También celebra que su intención de incorporar entrevistas con distintos protagonistas políticos de la transición, como Felipe González, Fraga o Carrillo, se frustrara por la negativa de la mayoría a participar en el proyecto. De este modo el protagonismo lo tienen los trabajadores, "que no han cumplido todos sus sueños, pero no han hecho nada de lo que se tengan que arrepentir". Unos trabajan por su cuenta, otros siguen siendo asalariados y los hay con empleados a su cargo.

"Si 25 años después hubiera tenido que filmar unas vidas desgraciadas no lo habría hecho", asegura Jordà, que confiesa un gran cariño hacia los protagonistas de la historia. "Quería dejar constancia de su dignidad, que no perdieron jamás". El cineasta opina que "retratar la frustración es muy fácil, basta con salir a la calle". Y por ello sólo se volvió a poner tras la cámara al comprobar cómo sus viejos amigos no se habían traicionado a sí mismos.

En esta nueva experiencia con ellos, Jordà ha podido obrar "con más libertad". En Numax presenta... los trabajadores autogestionados eran también los productores del documental, y decidían sobre aspectos como la cuota de protagonismo de cada uno o el tipo de escenas que podían utilizarse. "Censuraron alguna", admite el realizador. En esta nueva experiencia, en que la producción la asume Ovideo, Jordà pudo tomar sus propias decisiones y disfrutó de "un rodaje muy feliz". Veinte años no es nada se estrena hoy en Barcelona y Valencia, y la semana próxima lo hará en Girona, Madrid y Lleida.

Más allá del estreno, Jordà no para de pensar en nuevos proyectos, entre ellos un documental para televisión y un largometraje, ambos en marcha. Pero el más curioso está todavía en una fase incipiente. El realizador, amante de las películas musicales, ha escrito un guión con el que espera algún día poder estrenarse en el género. En la historia conviven una vedette de El Molino, retirada por sobrepeso, y un grupo de inmigrantes dominicanos.

Joaquim Jordà, ayer en Barcelona durante la presentación de <i>Veinte años no es nada.
Joaquim Jordà, ayer en Barcelona durante la presentación de Veinte años no es nada.CARMEN SECANELLA
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