El desfile del futuro

Vestidos de flores, colores estridentes, sobrios trajes negros, gasas, lunares, transparencias y algún volante. El primer Certamen de Diseñadores Noveles Andaluces dio ayer muestra de que el sector de la moda cuenta en Andalucía con creatividad y variedad como para convertirse en ese referente artístico e industrial que se está empezando a impulsar desde las administraciones. El concurso de jóvenes diseñadores que se celebró en el Pabellón de la Navegación de la isla de la Cartuja, en Sevilla, es una de las actividades incluidas en el programa de la primera edición Andalucía de Moda, promovida por la Asociación de Diseñadores Empresarios de Moda de Andalucía (Adema) y auspiciada por la Junta de Andalucía a través de la Dirección General de Comercio de la Consejería de Turismo, Comercio y Deportes.

Una hora antes del inicio del desfile, los diez diseñadores que aspiran al título contienen los nervios, más a la vista entre los familiares y amigos que abarrotan las gradas del público. Bárbara Azagra y Tamara Gómez, dos sevillanas de 20 y 22 años, charlan junto a la pasarela más felices que intranquilas y son las únicas que a apenas 30 minutos de que comience el espectáculo se atreven a hablar en público. "Lo importante es que salga bien. Que suene la música, que los modelos no se caigan, que quede bonito", dice Bárbara. Forman Agua Negra, un grupo creativo que compagina sus estudios de diseño en un centro privado de Sevilla con viajes y cursos en el extranjero para empaparse de lo que se hace fuera. "Aquí es todo más conservador, un poco pijo. Nosotras somos más expansivas", dicen. Para ayer habían preparado una colección "salvaje, muy sensual, ibicenca, con aires románticos y cortes extraños". Fue de las que más aplausos se llevó.

Bárbara Azagra, Tamara Gómez y Luisa Amanda Vargas, la tercera integrante de Agua Negra, se hicieron con el premio del certamen, que supone 6.000 euros para completar su formación en el centro que elijan. Ellas se irán al Parson School of Design de Nueva York.

Sobre la pasarela desfilaron jóvenes modelos de la escuela sevillana Doble Erre con los diseños de los 10 finalistas de una fase previa: Paco Franco, Antonio José Marco, Iván Capaña, Manuel Alcalde, Charo Rubio, Bárbara Azagra y Tamara Gómez, Adela Galvín, Silvia Ríos y Antonio García. Sólo el primero se atrevió a dividir con diseños para hombre y para mujer, mientras que los demás apostaron por el sector femenino, con creaciones originales y atrevidas pero que, en muchos casos, aunque no en todos, resultaban más que ponibles.

Pedro González, secretario técnico de la Asociación de Diseñadores Empresarios de Moda de Andalucía, advierte de que la formación es tan importante como la creatividad para ser un buen diseñador. "El diseñador tiene que trabajar y tener cultura académica, conocer el lenguaje artístico, ir al cine. Su alimento es lo visual", señala González, quien cree que la moda andaluza tiene todos los ingredientes para triunfar en el mercado exterior