El transporte "vuela"
Hace años un grupo de amigos aseguraba que la única forma de tener calidad de vida en España era alejándose de Madrid. Por aquel entonces, ingenua de mí, yo refutaba esa idea, convencida de que el mejor lugar para vivir era esta ciudad por sus oportunidades laborales, por su oferta cultural, por sus posibilidades de ocio. Y sí, todo eso existe pero ¿a qué precio?
Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre se han puesto de acuerdo en poner esta maravillosa ciudad "patas arriba" y han conseguido que a los madrileños nos resulte una aventura diaria ir a trabajar al centro.
La mitad de las líneas del metro está en obras y cada día nos sorprenden con un nuevo corte, con lo que las cábalas diarias que hacemos con plano en mano empiezan a ser cada vez más complejas. Sí, existen otros transportes pero no están mucho mejor.
La carretera de la zona Norte es, en horas punta, un embudo, ya que la única preocupación de nuestros gobiernos es desarrollar barrios con casas a precios desorbitados, sin tener en cuenta por dónde vamos a salir todas las mañanas para ir a trabajar. Y de la red de tren de cercanías, mejor ni hablar. Casi todos los días se para una media de 20 minutos en la estación de Chamartín sin dar ningún tipo de explicación a los viajeros ¿para qué?, al fin y al cabo sólo somos los que pagamos los impuestos por tener un transporte público ínfimo. ¿Cómo le explico a mi jefe que en mis planes diarios no está el llegar tarde pero que Gallardón y Aguirre no me dejan más opciones? Bueno, quizá la culpa es mía por no levantarme antes.
A partir de ahora me levantaré tres horas y media antes para llegar a tiempo, mientras escucho a los políticos de turno animar a los madrileños a coger el transporte público, que según ellos, "vuela". Puedo quedarme en casa, como lo hizo mi abuela y mi madre, aunque, pensándolo bien, mi hipoteca no me permite ciertos lujos como no trabajar o tener niños, así que creo que la segunda opción va a ser la más adecuada. Compraré una casita en un pueblo y me dedicaré a vivir de lo que nos dé la tierra. ¿No hicieron eso hace unos años nuestros padres pero a la inversa.
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