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Una quema preventiva de rastrojos causó el último incendio en Grazalema

Trabajadores de la empresa Tragsa, de capital público, contratada por la Consejería de Medio Ambiente para la limpieza del bosque y la prevención de incendios, quemaron rastrojos el pasado viernes en una zona de la sierra de Grazalema muy cercana al lugar donde 24 horas después se inició un fuego que terminó quemando 30 hectáreas. Un lugar especialmente sensible por la cercanía de especies de alta protección como los pinsapos. Lo reconoce la Junta, que apunta como causa más probable de este incendio a que algunos rescoldos sin sofocar completamente terminaran por reavivarse a causa del viento. Ecologistas en Acción califica los hechos como una "muy grave negligencia" y exige responsabilidades administrativas y penales.

La delegada de Medio Ambiente en Cádiz, Isabel Gómez, explicó ayer que las investigaciones de la policía autonómica y de su delegación corroboran que empleados de Tragsa quemaron en la zona rastrojos y desbroces, una labor habitual que se realiza para, precisamente, limpiar los bosques y prevenir nuevos incendios. "Fue un accidente", dijo, "porque la empresa cumple con todas las medidas de seguridad". Añadió que la investigación continúa. "En unos días sabremos si los trabajadores cumplieron con las medidas de seguridad a rajatabla y saber qué es lo que pudo fallar".

Según la Junta, la última quema de residuos se produjo a las 10.00 del viernes mientras que el incendio se declaró a las 12.00 del sábado. El fuerte viento en la zona habría avivado algún rescoldo que pudo pasar desapercibido, según la versión oficial, que confirma la denuncia realizada el día anterior por Ecologistas en Acción. Para el portavoz de esta asociación, Juan Clavero, quien fue el primer director-conservador del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, no se puede hablar de accidente sino de "clara negligencia". Según sus cifras, es el cuarto incendio en la sierra de Grazalema por trabajos de limpieza. "En los últimos cinco años ésta se ha convertido en la principal causa de fuegos en esta zona".

El fuego afectó a 30 hectáreas del paraje Dehesa de los Espartales, junto a Monte Prieto, una zona amargamente recordada en Grazalema por el incendio ocurrido en 1992 en el que fallecieron cinco personas.

La delegada de Medio Ambiente no descarta sanciones a la empresa contratada si se confirma su responsabilidad. Ayer tampoco rechazó del todo la posibilidad de que el incendio fuera provocado, ya que comenzó "en una zona transitada", un extremo que desmienten los ecologistas, que califican el lugar como "abrupto, lejano a cualquier plantación agrícola, sin pistas ni carreteras cercanas y sin actividad humana habitual". Según Clavero, "quien quiere provocar un incendio no lo hace en noviembre, en una zona de valor ecológico menor y en un día nublado que terminó con lluvia".

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