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El ex marido de la librera de Lleida asesinada se confiesa autor del crimen

Pantaleón Martínez Molina, el vecino de Lleida que se encuentra encarcelado desde el pasado 3 de octubre como presunto autor del asesinato de su ex esposa, la librera Maria Antònia Gavín, se declaró ayer culpable ante el Juzgado de Violencia Doméstica que instruye el sumario por el crimen. Hasta ahora, el detenido siempre se había declarado inocente.

Martínez, de 51 años y carpintero de profesión, pidió hace unos días comparecer ante el juez del caso para modificar sus declaraciones anteriores, en las que mostró una gran frialdad. Ayer, tras confesarse autor del crimen, el detenido explicó que se ofuscó con su mujer después de recibir el día anterior los papeles del divorcio y porque ésta, en su opinión, no se preocupaba de su salud tras serle diagnosticada una enfermedad maligna.

La víctima, de 47 años, fue encontrada muerta el 1 de octubre en el interior de la librería infantil de su propiedad. Tenía la cara destrozada y un corte en el cuello. Los Mossos d'Esquadra detuvieron el mismo día a Martínez como principal sospechoso y tres días después la juez decretó su ingresó en prisión al considerar que existían suficientes pruebas que le inculpaban en el brutal crimen.

La policía encontró en un contenedor situado junto a su casa tres bolsas de plástico con su ropa y zapatos manchados de sangre. La autopsia certificó que la mujer no murió degollada, como se creyó en un primer momento, sino a consecuencia de los numerosos golpes que recibió en la cabeza con un objeto contundente.

Los forenses indicaron que el presunto homicida actuó con una brutalidad extrema. Según la declaración autoinculpatoria de ayer, Martínez entró en la librería de su ex mujer y le golpeó varias veces en la cabeza con una piedra que había recogido en la calle. La víctima se defendió con un cúter y, después de caer al suelo durante el forcejeo, Martínez se lo arrebató y le seccionó la yugular.

El presunto homicida manifestó que, después de acabar con la vida de su ex mujer, se fue a su casa para cambiarse de ropa porque había manchas de sangre y que, tras deshacerse de las prendas, volvió al lugar del crimen fingiendo que no sabía qué había ocurrido en el interior de la librería.

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