Misión espacial al infierno
Europa envía un robot a Venus, el planeta más caluroso del Sistema Solar
La temperatura en la superficie de Venus es de unos 465 grados centígrados, suficiente para fundir el plomo. Es el planeta más cálido del Sistema Solar y se debe a algo que está dando mucho que hablar en la Tierra, aunque a escala muy diferente: el efecto invernadero. La atmósfera venusiana está casi totalmente compuesta por dióxido de carbono (96%), la presión en el suelo es 90 veces superior a la terrestre y, a media altura, hay nubes de gotitas de ácido sulfúrico. Es un auténtico infierno.
La Agencia Europea del Espacio (ESA) tiene previsto enviar hacia allí, mañana de madrugada, la nave automática Venus Express. Saldrá en un cohete ruso Soyuz desde la base de Baikonur, en la república centroasiática de Kazajistán, y tardará 153 días en llegar.
Las primeras sondas que descendieron por la atmósfera de Venus resultaron aplastadas por la alta presión
El lanzamiento de la nave, de 1.240 kilos de peso y equipada con siete instrumentos científicos, se ha retrasado dos semanas porque, después de ser instalada en la punta del cohete, se descubrió que habían caído sobre ella fragmentos de la cápsula.
Cuando la nave llegue a Venus se colocará en órbita para tomar datos durante unos 500 días terrestres. La atmósfera venusiana es el objetivo prioritario de esta primera misión de la ESA en el planeta vecino, aunque también realizará observaciones de su superficie.
Los científicos (hay españoles en el programa) quieren conocer el sistema de nubes, entender por qué hay vientos huracanados, investigar las corrientes y ver cómo evoluciona el clima en ese mundo pálido de días larguísimos (Venus tarda 243 días terrestres en rotar sobre su eje). Si Mercurio está más cerca del Sol y recibe más radiación, ¿por qué Venus es más cálido?
La respuesta está en la atmósfera, ausente en el planeta más próximo a la estrella, y en el potente efecto invernadero que genera. La capa gaseosa es tan densa en Venus que las primeras sondas que descendieron allí, las Venera soviéticas, a finales de los años sesenta, quedaron aplastadas antes de tocar el suelo, por la alta presión existente.
Venus Express, con un coste total de 220 millones de euros, ha sido desarrollada por las industrias europeas en un tiempo récord de casi tres años, gracias a que se beneficia de su nave gemela, Mars Express, que está trabajando desde hace dos años en el otro planeta vecino de la Tierra, Marte.
El Lucero del Alba fue un destino prioritario en los primeros años de la exploración espacial para las naves automáticas soviéticas y estadounidenses, pero había quedado prácticamente abandonado como objetivo hace una década, coincidiendo con el auge de la euforia marciana. La última misión dedicada al infierno del Sistema Solar fue la Magallanes, de la NASA, que permaneció en órbita allí, a principios de los años noventa, tomando datos para realizar un mapa de la superficie con radar.
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