Zapatero y Chirac presidirán un Consejo hispano-francés de Defensa y Seguridad
La cumbre del jueves en París tratará de las crisis migratorias y la construcción europea
Los temas de defensa tendrán un papel protagonista de la cumbre hispano-francesa que se celebrará el jueves en París, con la impronta de las revueltas de inmigrantes de segunda generación que están asolando Francia y del bloqueo que padece la construcción europea desde que el país vecino rechazara la Constitución. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente francés, Jacques Chirac, se proponen crear ese día un Consejo hispano francés de Defensa y Seguridad, presidido por ellos mismos, y relacionado con la doble problemática citada.
El consejo estará integrado, además, por los ministros de Exteriores y Defensa de los dos países y se reuniría al menos una vez al año, indican fuentes diplomáticas.
Dada su amplia denominación, el nuevo organismo podrá ocuparse no sólo de defensa en sentido estricto, sino incluso de temas relacionados con la inmigración, sobre todo si avanza la tendencia a que las fuerzas armadas contribuyan de algún modo al control de fronteras, como hicieron tropas españolas durante la reciente crisis en torno a las vallas de Ceuta y Melilla.
La militarización tradicional de los confines entre Finlandia y Rusia, consecuencia de las difíciles relaciones que ambos países heredaron de la era de la Unión Soviética, había sido hasta ahora el principal obstáculo para el desarrollo de la policía europea de fronteras que la UE se propuso hace ya tres años en la cumbre de Sevilla. Pero el problema podría llegar a plantearse bajo una luz diferente, ahora que incluso se ha especulado con una posible cooperación militar europea para el control de fronteras de países terceros, como podría ser la del sur de Marruecos.
Más allá de hipótesis improbables, el nuevo consejo hispano-francés nacerá con un carácter eminentemente reflexivo y de carácter estratégico, no operativo, indican las fuentes consultadas. Su efecto principal será, por ello, implicar más a España en la construcción de la defensa europea, una asignatura pendiente, en la medida en que el Gobierno de José María Aznar fue más que reacio a participar en ese proceso, del que Zapatero sigue manteniéndose al margen, por mucho que haya cambiado la orientación de la política exterior española.
Aznar declinó, en efecto, cuantos requerimientos le fueron hechos, por el propio Chirac e incluso por el líder británico, Tony Blair, para que apoyara los esfuerzos realizados en 2002 y 2003 para lanzar la Europa de la Defensa. El motivo fue que EE UU recelaba de que aquellas iniciativas, concretadas en la creación de la Agencia Europea de Armamentos o en la llamada Célula de Planificación, no terminaran por hacer la competencia a la OTAN.
La situación no es hoy esencialmente distinta. Fuentes diplomáticas europeas estiman que, si bien el Gobierno español se muestra muy activo en misiones concretas europeas de gestión de crisis, no lo está, en cambio, en las tareas más específicas de construcción de la Europa de la seguridad y la defensa.
España es, por ejemplo, de acuerdo con estas fuentes, uno de los países que menos participan en los proyectos de la Agencia Europea de Armamentos, y uno de los pocos que ha anunciado que no va a firmar el código de conducta para la progresiva armonización de los mercados de armamentos que se negocia en Bruselas. Tampoco ha firmado el proyecto Helios de desarrollo de comunicaciones por satélite. Signo sintomático de la actitud española se considera en estos medios el hecho de que, tras año y medio de mandato, el ministro de Defensa, José Bono, apenas haya puesto pie en las instituciones de la Unión Europea, aunque sí ha acudido a Bruselas para participar en reuniones de la OTAN.
La creación del Consejo hispano-francés contribuirá a corregir esta situación, por mucho que tanto su agenda como sus actividades concretas estén lejos de ser definidas. Francia tiene otros acuerdos bilaterales de este tipo, especialmente con Alemania, el otro pilar tradicional del eje europeo, a la que le liga incluso un proyecto de brigada conjunta.
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