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Reportaje:

La política enciende la mecha del odio religioso en Egipto

Los ataques integristas a una iglesia copta han causado tres muertos y un centenar de heridos durante la campaña electoral

Ángeles Espinosa

Apenas un callejón separa la iglesia de Mar Girgis de la mezquita de Al Sheij en Alejandría. Desde hace dos semanas, también hay un blindado del Ejército y una tanqueta de la policía, para evitar que se repitan los ataques de musulmanes contra cristianos. Más allá de inflamar las tensiones, los incidentes -que dejaron tres muertos, un centenar de magullados y otros tantos detenidos- han revelado el juego sucio de la campaña electoral y el creciente poder de los Hermanos Musulmanes en Egipto.

La mecha de los enfrentamientos fue el DVD de una obrita de teatro que se representó hace dos años en la iglesia de Mar Girgis y que los islamistas consideran ofensiva para el islam. ¿Por qué entonces se ha formado el revuelo ahora? Para el obispo copto Anba Musa, la explicación está en las elecciones legislativas que se celebran a partir del próximo miércoles.

"El Partido Nacional Democrático [PND, del presidente Hosni Mubarak] ha elegido a un copto como candidato en la zona, seguramente con la intención de atraer el voto cristiano, y los Hermanos Musulmanes han querido evitar su triunfo", declara Musa. El obispo destaca que en su día sólo se realizó una representación de la obra. "Nos dimos cuenta de que tocaba un asunto delicado y preferimos descartarla", señala convencido de que quien ahora ha sacado a la luz el DVD "quería provocar un enfrentamiento e influir en las elecciones".

Coptos discriminados

Los coptos son la principal minoría cristiana de Oriente Próximo y suponen el 10% de los cerca de 77 millones de egipcios. Aunque desde la fundación del moderno Egipto convivieron pacíficamente con los musulmanes, se han visto discriminados a partir de los años setenta, cuando el presidente Anuar el Sadat declaró el islam religión oficial del Estado y los grupos islamistas empezaron a ganar fuerza.

Maher Jalla, el candidato del PND que supuestamente era el objetivo de los ataques, también está convencido de que las elecciones estuvieron en la raíz de todo, pero se muestra parco. "El asunto está cerrado; ahora lo que necesitamos es más responsabilidad de los medios de comunicación", asegura. Fueron dos semanarios, Al Usbua y Al Midán, las que a mediados de octubre hablaron de la existencia del DVD, una grabación casera de la que pocos habían tenido noticia hasta entonces. Jalla, cuyo partido no aceptó su retirada de la campaña, asegura que lo ocurrido no afectará a los comicios.

Desde el otro extremo del espectro político y religioso, Abuleis al Hariri, candidato del izquierdista Partido Tagammu, cree que los incidentes de octubre, como otros anteriores, son fruto de la utilización política del islam por los Gobiernos de Sadat y Mubarak. "No se trata de un problema religioso sino de nivel cultural", asegura. En efecto, los 3.000 manifestantes del viernes 14, y los 5.000 de la semana siguiente no eran sólo "elementos fanáticos" o "islamistas radicales" enardecidos por el DVD como los describió el Ministerio del Interior. Según la prensa local, se trataba de ciudadanos normales que habrían sido manipulados por los intereses políticos de los Hermanos Musulmanes.

Algunos analistas estiman que eso fue posible debido al clima general de intolerancia que desde hace unos años se está instalando en la sociedad egipcia. "No se limita a la falta de respeto por la gente de otras religiones", ha escrito Hadia Mostaza en la revista Egypt Today. "Hay cada vez más gente incapaz de aceptar a quienes son diferentes o lo que se sale de la norma", subraya antes de referirse a un sistema de enseñanza destinado a aceptar las reglas sociales y religiosas sin cuestionarlas.

El patriarca de los coptos de Egipto, Shenuda III (izquierda), conversa con el gran muftí de la mezquita de Al Azar.
El patriarca de los coptos de Egipto, Shenuda III (izquierda), conversa con el gran muftí de la mezquita de Al Azar.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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