"He querido recuperar a los pioneros utópicos"
Retazos de la red (Editorial Bassarai) es la primera novela de Juan Ibarrondo Portilla (Vitoria, 1962), un relato que, usando la ciencia ficción, asume algunas de las características de la novela de denuncia, en una narración que pretende indagar de modo crítico en el mundo que rodea al autor. La novela descubre muchas de las inquietudes intelectuales de Ibarrondo, pero destacan dos: la pasión por la Historia que le inculcó su tía Micaela Portilla, recientemente fallecida, y el oficio de librero que, a la manera antigua, ejerció desde Zuloa, una de las librerías clásicas de Vitoria, premiada por el Ministerio de Cultura por su labor de difusión cultural.
Pregunta. Retazos de la red es una novela comprometida. ¿No había pasado de moda esta tendencia?
Respuesta. He intentado hacer reflexionar a la gente sobre esta sociedad en que vivimos. Durante algún tiempo, en la literatura escrita en España ha habido una tendencia al constumbrismo, a la frivolidad, al intimismo, a contar nimiedades, pero también hay autores que apuestan por esa mirada crítica y reflexiva, como Belén Gopegui o Isaac Rosas, que me interesan mucho. Ese interés por contar lo que compete al común está en franca progresión.
P. ¿Por qué eligió la ciencia ficción?
R. Me gustaría responder con una frase de Stanislaw Lem: "En estos tiempos, la única novela realista es la ciencia ficción". Y es cierto. Cuando estaba corrigiendo la novela, estaban ocurriendo cosas en el mundo que parecían increíbles, como la salida de la gente de Nueva Orleans, con kilómetros de coches bloqueados en la autopista, sin gasolina, ni comida y sus ocupantes atemorizados ante la llegada del huracán. También he elegido este genero porque muy bien conectar con el público.
P. Como ocurre con la novela negra, otro género recurrente para hablar de la realidad contemporánea al escritor.
R. Efectivamente, una lo hace desde las estrellas; la otra, desde los márgenes más violentos de la sociedad. Philip K. Dick es el maestro que ha sabido conjugar esos dos elementos.
P. Recupera también la tradición utópica, tan olvidada estos tiempos.
R. Es cierto que, aparte de las utopías clásicas, más políticas, hay escritores como Jonathan Swift o Ursula K. Le Guin, por poner dos ejemplos distantes, que han escrito en este género, hoy en franco abandono. He querido recuperar el espíritu de aquellos pioneros de la utopia, más que nada en la segunda parte. Creo que es de vital importancia, sobre todo en estos tiempos cuando se renuncia a cualquier cambio profundo en las relaciones sociales.
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