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El Foro Iberoamérica debate sobre desarrollo y globalización

75 personalidades de 15 países hablan en Lisboa de política, economía y cultura

Setenta y cinco personalidades de 15 países debatieron ayer en Lisboa, en el marco del VI Foro Iberoamérica, cuyas sesiones continúan hoy, sobre desarrollo, globalización y emigración. "Es un foro lleno de gente muy inteligente, muy experta y con gran poder de influencia; pero no es un grupo de presión", dice Emilio Rui Vilar, presidente de la Fundación Gulbenkian. "Es un espacio de pensamiento y libertad", afirma el escritor argentino Tomás Eloy Martínez. Felipe González lo definió muy bien: "Es un foro discreto, pero no secreto".

Éstas son algunas opiniones oídas ayer en el Foro Iberoamérica, que sin "grandes aspavientos y con naturalidad", como dice el ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra, aspira a convertirse en "el gran debate social que sirva de apoyatura al debate de los Gobiernos en las Cumbres Iberoamericanas".

Al estilo de la Cumbre de Davos pero con la exacta pretensión de ser distinto, el Foro Iberoamérica es un laboratorio de ideas (económicas, sociales, culturales, históricas, lingüísticas, políticas), donde las élites intelectuales, periodísticas y empresariales de Iberoamérica analizan el pasado común y los futuros posibles. Según subrayaba ayer Rui Vilar, el foro "combina el rigor con el desprecio por las ideas políticamente correctas, y por eso mismo pone encima de la mesa las idiosincrasias de Portugal, España y Latinoamérica, su inequívoca voluntad de ser diferentes en un mundo cada vez más uniforme".

La primera jornada de debates se centró ayer en dos bloques, cultural y económico-social. Economistas y empresarios hablaron sobre desarrollo sostenible, globalización e inversión. António Gutérres, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, que moderó el debate sobre las economías emergentes, habló antes sobre los retos del organismo que dirige. "Lo más difícil es preservar la institución del asilo en medio de un cuadro de intolerancia creciente y de populismo contra los refugiados", dijo. "Además, aunque hemos disminuido el número de refugiados, hay que mejorar mucho la ayuda al desarrollo para que mejoren también las fragilísimas condiciones de vida en los países de origen de las grandes migraciones mixtas (con asilados políticos y emigrantes económicos)".

Gutérres cree que hay que redefinir el concepto de refugiado y que las situaciones más urgentes son hoy la del sur de Sudán, "donde hay más de dos millones de desplazados dentro del país y medio millón fuera, lo cual es un drama y una gran amenaza para la estabilidad del continente", y la de Colombia, "con cientos de miles de refugiados en Ecuador y Venezuela y dos millones de desplazados en el interior del país viviendo situaciones de sufrimiento muy duras".

El foro también se ocupó de los retos de la Universidad. Tras la intervención del ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, los rectores de las universidades de Lisboa (José Barata Moura) y Buenos Aires (Guillermo Jaime Etcheverry) debatieron sobre la adaptación de la universidad a la globalización. Etcheverry, que en Buenos Aires se ocupa de 350.000 estudiantes, coincidió con Felipe González en que la solución "no es convertir las universidades en empresas privadas ni buscar la superespecialización, sino adecuarse a los cambios con una nueva actitud mental y sin perder nuestra esencia de servicio comunitario entregado al conocimiento".

El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, y la escritora brasileña Nélida Piñón, moderados por Tomás Eloy Martínez, defendieron el lenguaje como un espacio de mestizaje, resistencia y libertad. Se habló del origen mestizo del español, el portugués y algunas lenguas indígenas de América y de la unidad del español.

Los historiadores Carmen Iglesias y Miguel Sousa Tavares repasaron los "entendimientos y desentendimientos" históricos entre los habitantes de la península Ibérica y entre éstos y los de Iberoamérica. Iglesias subrayó las convergencias, pero también los enfrentamientos como la Colonia Sacramento, "con la que Portugal intentó una vía de penetración en el comercio imperial español".

De izquierda a derecha, Ricardo Esteves, Jorge Sampaio y Francisco Pinto Balsemão, en el Foro Iberoamérica.
De izquierda a derecha, Ricardo Esteves, Jorge Sampaio y Francisco Pinto Balsemão, en el Foro Iberoamérica.J. SIMÃO

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