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Las cámaras de un cajero bancario filmaron a los asaltantes de Gavà

La policía intenta identificar a dos hombres que ocultaron sus caras

Las cámaras del cajero automático de una entidad bancaria filmaron a los dos individuos que el pasado miércoles secuestraron, hirieron y robaron a varios miembros de una misma familia y a otro hombre en Gavà. Los delincuentes realizaron varios disparos empleando una inusitada violencia. Dos personas resultaron heridas de bala y otras tres sufrieron importantes golpes.

La filmación del banco, que se produjo cuando los delincuentes obligaron a una de las víctimas a extraer dinero con sus tarjetas, podría ayudar en la identificación, si bien ambos ladrones se preocuparon de no mostrar en ningún momento sus rostros a la cámara, colocándose de lado o de espaldas.

Una de las principales víctimas, el propietario de un concesionario de vehículos de Viladecans, quiso agradecer ayer todas las muestras de apoyo que ha recibido tras lo sucedido, que como dijo, le ha trastocado la vida. "Deseo que no le ocurra a nadie", comentó muy afectado.

Los dos delincuentes que actuaron el miércoles en Gavà lo hicieron bajo una gran excitación. Eran suramericanos y su único objetivo era robar, pero a medida que los hechos se iban precipitando su nerviosismo y su brutalidad iban en aumento. Los individuos eligieron previamente a su víctima. Cuando el propietario de un concesionario de vehículos ubicado en Viladecans, de 52 años, salió del trabajo, ya lo estaban esperando. Lo siguieron hasta su casa, en el barrio de Can Trias de Gavà. En el aparcamiento, lo abordaron y tras asestarle numerosos golpes y amenazarle de muerte apuntándole con una pistola en la cabeza se lo llevaron en su vehículo a una zona boscosa para robarle. Entre sus pertenencias encontraron un cheque de 24.000 euros, pero al ver que estaba cruzado, quisieron obtener dinero en metálico, por lo que condujeron a su víctima hasta el cajero. Tenían experiencia en ocultarse de las cámaras. Después de obtener 900 euros, dejaron al hombre de nuevo en el bosque, atado, amordazado y descalzo.

Dos kilómetros sin zapatos

Lo peor para él no fue lo que le hicieron, sino saber que los dos individuos se dirigían a su casa con las llaves del domicilio. Desprovisto de su móvil, corrió sin zapatos a toda prisa los dos kilómetros que separan la zona de su vivienda. Con las llaves, los delincuentes pudieron abrir la puerta. En la casa estaban la esposa y los dos hijos de la víctima, con quienes los dos individuos actuaron sin piedad: los amenazaron de muerte, les golpearon con un arma de fuego y a la mujer le pusieron un cuchillo en el cuello. El hermano del secuestrado, que vive cerca, se presentó alertado por el ruido y, sin llegar a mediar palabra, recibió un disparo en los testículos.

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El herido se recuperaba ayer favorablemente de las heridas en el hospital de Bellvitge. Posteriormente, los delincuentes dispararon a un hombre de 27 años que iba en moto para derribarlo y llevarse el vehículo. Tras herirlo en una pierna, desistieron en su acción y huyeron. El lesionado está hospitalizado.

La policía continúa investigando la autoría del homicidio que el martes ocurrió en Castelldefels, cuando dos desconocidos dispararon con una pistola ametralladora contra un coche. El conductor, de nacionalidad croata, resultó muerto, mientras que su mujer se recupera en el hospital de Bellvitge tras una difícil operación.

En el mismo centro que el del hombre que recibió un tiro en los testículos se encuentra la esposa del hombre que falleció por los múltiples disparos que recibió el martes en Castelldefels cuando salía de su casa en su coche Mercedes. En el vehículo viajaba también el menor de los tres hijos del matrimonio, de cuatro años, que resultó ileso. La familia hacía un año que vivía en el municipio.

La mujer tuvo que ser intervenida de urgencia por la noche. El proyectil le penetró por la ingle y su peligrosa ubicación requirió la intervención de un especialista, que se desplazó al centro hospitalario. El matrimonio era conocido en su barrio porque iba todos los días a buscar a sus hijos a la salida de la escuela con su coche. Desde el punto de vista judicial, el caso está bajo secreto de sumario.

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