La UE investigará la existencia de cárceles secretas de la CIA en el este de Europa
Human Rights Watch acusa a Rumania y Polonia de albergar las prisiones estadounidenses
La Comisión Europea verificará las informaciones relativas a la existencia de cárceles secretas creadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en algunos países miembros o candidatos de la UE, según manifestó ayer Friso Roscam Abbing, portavoz de Justicia, Libertad y Seguridad. La organización humanitaria Human Rights Watch identificó a Polonia y Rumania como dos de los países que albergan los centros de detención secretos, mientras que la oposición demócrata pidió una investigación de los métodos utilizados por la CIA en la lucha contra el terrorismo.
La existencia de estos establecimientos secretos, en los que se habría internado a más de un centenar de detenidos, fue puesta al descubierto el miércoles por The Washington Post. Polonia y Rumania negaron ayer la existencia de este tipo de prisiones, que se habrían creado tras los atentados del 11-S. Waldemar Kwasniewski, jefe del Gabinete del presidente saliente de Polonia, manifestó ayer que "no ha habido ninguna prisión especial en Polonia y no las hay". Bucarest también desmintió la información. "No hay bases de la CIA en Rumania", dijo el primer ministro, Calin Tariceanu.
El portavoz Friso Roscam precisó que la Comisión Europea se pondrá en contacto con las autoridades de estos países para "averiguar y comprobar" la autenticidad de estas informaciones. El portavoz comunitario precisó que primero los servicios de la dirección general de Libertad y Seguridad realizarán "un análisis técnico" de la información disponible que puede incluir "contactos políticos" si se considera necesario.
Estos contactos políticos se realizarían "al más alto nivel" con las máximas autoridades de los Estados miembros. El portavoz recordó que el principal interlocutor "y punto de referencia de la Comisión son los 25 Estados que integran la UE".
El portavoz comunitario, sin embargo, señaló en varias ocasiones que "primero hay que ver de qué se trata y comprobar si existen estas instalaciones". En este sentido, insistió en que era prioritario "verificar" estas informaciones. Por otra parte, afirmó que en el caso de que existieran "cárceles secretas", estas instalaciones "no serían compatibles ni con las convenciones internacionales ni con el Tratado de la Unión, que recoge los acuerdos de Copenhague, en los que se estipulan los criterios de adhesión de nuevos Estados miembros". Las cárceles secretas también vulneran las disposiciones legales de propios Estados.
El portavoz añadió que el trato de los prisioneros está estipulado en la Convención Europea de Derechos Humanos y en la Convención Internacional contra la Tortura, firmada por todos los Estados miembros. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) recordó desde Ginebra que el acceso a los detenidos "es una prioridad humanitaria" y pidió a las autoridades estadounidenses permiso para visitar a estos presos fantasma, cuya situación viola el derecho humanitario.
La política de la Administración Bush para ocultar e interrogar a presos de Al Qaeda ha sido criticada desde las filas demócratas en el Congreso de EE UU, que consideran que estos "sitios negros", como se denominan en los documentos clasificados, podrían dañar la imagen del país en el extranjero. Los demócratas aseguraron que pretendían plantear una moción en la cual se prohibiera el tratamiento "cruel e inhumano" a los prisioneros bajo custodia de EE UU, incluidos aquellos que estén en manos de la CIA
El demócrata y vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, John Rockefeller, manifestaba llevar más de un año trabajando para que se investigaran los procedimientos de la CIA en los interrogatorios a los detenidos. Ayer mostró su indignación porque el asunto no se hubiera atajado antes. "Tendría que quedar más que claro que cualquiera que sugiera la necesidad de estos centros debería ser tachado de antipatriota", puntualizó el senador. Incluso desde las filas republicanas, el senador John P. Murtha expresó que Estados Unidos debía adoptar una doctrina "sin torturas y sin excusas".
Por su parte, el alto comisionado de Naciones Unidas para la tortura, Manfred Nowak, aseguraba en The Washington Post que pediría explicaciones a EE UU por los centros secretos. Nowak aseguraba también que lleva tiempo reclamando acceso a los centros de detención de EE UU en el extranjero, petición que ha sido siempre rechazada.
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