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Reportaje:

Cansados de dar dinero

La ayuda a Cachemira se resiente del esfuerzo económico realizado por la comunidad internacional tras el maremoto asiático

Francisco Peregil

Los 20 millones de paquistaníes que viven en la región de Cachemira sufrieron el 8 de octubre la desgracia de ver cómo un terremoto acababa en una mañana con la vida de 55.000 personas y dejaba sin casa a 3,3 millones de vecinos. Pero esas cifras, por sí solas, no han conmovido a la opinión pública internacional. Los paquistaníes se han resentido del esfuerzo económico que millones de personas hicieron hace ocho meses para ayudar a las víctimas del maremoto. Ese factor entre otros, más los 13 huracanes que mataron este año a miles de personas en el Caribe, sin olvidar a las víctimas de Nueva Orleans, provocó una saturación en los medios de comunicación y una insensibilidad en los ciudadanos que las organizaciones benéficas tratan de paliar antes de que el invierno acabe con la vida de miles de personas en Cachemira.

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"El maremoto sucedió en Navidad, que es una época proclive a que la gente se muestre solidaria", señala el embajador de España en Islamabad, José María Robles Fraga. "Además, hubo muchas imágenes estremecedoras y el que más y el que menos tenía algún conocido que había viajado alguna vez a esas playas de Indonesia. Sin embargo, Cachemira es una zona menos conocida y la gente no se siente tan cercana de las víctimas. Pero la necesidad de ayuda de esta gente es acuciante".

Dos semanas después de que la ONU lanzara una llamada de emergencia con el objetivo de recaudar 500 millones de dólares, sólo se consiguió reunir la sexta parte de esa cantidad. En España, algunos Gobiernos autonómicos como el de Galicia y Andalucía enviaron cargamentos de enseres para las víctimas. Pero los ciudadanos no han colaborado esta vez, según señalan varias ONG. Lo mismo ha sucedido en el resto del mundo.

"En el maremoto, algunas organizaciones humanitarias consiguieron más dinero del que necesitaban", indica John Sauer, director de comunicación de Acción Contra el Hambre. "En las tres primeras semanas después del maremoto nuestra oficina de Nueva York consiguió recaudar 475.000 dólares. En las tres semanas después del terremoto de Cachemira, sólo hemos conseguido 42.000. Pero el efecto de esta catástrofe fue igualmente terrorífico. Murieron más de 55.000 personas. De ellas, 17.000 son niños que cayeron hundidos bajo los techos de las escuelas", explica Sauer. La mayoría de las mujeres estaban en sus casas con sus hijas. Por eso, la mayor parte de las víctimas son mujeres y niños. Además, añade Sauer, "un 10 o 20% de la población, que pueden ser unas 200.000 personas, vive en zonas tan aisladas o inaccesibles que aún no han recibido ayuda. Y hace frío en esa zona; pasé tres noches y tenía que dormir con un saco y tres mantas encima".

En Francia, Acción Contra el Hambre sólo ha recaudado 12.000 euros, mientras que en España el apoyo "ha sido nulo", según la propia organización. Mientras tanto el invierno sigue avanzando sobre una región donde por la noche ya se alcanzan los tres grados bajo cero. "El dinero puede comprar todo lo que necesitamos", ha declarado el coordinador de la ONU en Pakistán, Jan Vandermoortele, "pero la única cosa que no puede comprar el dinero es tiempo".

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Por eso, organizaciones como UNICEF intentan reunir en estas semanas la máxima ayuda posible. "Hay que reparar las carreteras lo antes posible. Hay una carretera de 20 kilómetros entre los pueblos de Bana y Batagram donde murieron varias personas en pocos días. Y aún se producen resacas del terremoto y se desploman montañas y edificios", añade Sauer, el director de comunicación de Acción Contra el Hambre.

A corto plazo, la tarea es luchar contra el hambre y la muerte. Pero las ayudas deberán durar años. "La reconstrucción de ciudades arrasadas como Balakot, donde no quedan ni hospitales, ni comisarías, ni escuelas tendrá que desarrollarse durante muchos años", concluye Sauer.

Una mujer sostiene a su nieto en Lamnian, en la Cachemira paquistaní.
Una mujer sostiene a su nieto en Lamnian, en la Cachemira paquistaní.REUTERS

Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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