"Los problemas de Bush pueden provocar presiones sobre el dólar"
"Seis años es demasiado. Obligar a un país a tolerar más de seis años a un mismo personaje es casi una violación de los derechos humanos", dice, no sin humor, de sí mismo Nicolás Eyzaguirre, de 52 años, ministro de Hacienda de Chile. Joven comunista el 11 de septiembre de 1973, cuando el general Augusto Pinochet encabezó el golpe de Estado, Eyzaguirre fue nombrado por el presidente Ricardo Lagos ministro de Hacienda. Durará seis años y con tasas de crecimiento del orden del 6% anual no podría pedir más. Con todo, siente cierta frustración al oír que Chile es uno de los países con más grandes desigualdades de América Latina. Y sigue atentamente las dificultades por las que atraviesa la Administración de Bush estos días a raíz de los escándalos y el caso de Valerie Plame. "El escenario más peligroso es que si hay una crisis política con dimisiones, que infunda dudas en los mercados respecto a la capacidad política de la Administración de Bush para reducir el déficit fiscal, ello podría llevar a una presión sobre el dólar". He aquí el diálogo que mantuvo con EL PAÍS el pasado jueves 27:
"Si somos incapaces de resolver la desigualdad, Chile se convertirá en una caldera"
Pregunta. ¿Seguirá con Michelle Bachelet, si gana las elecciones presidenciales, quizá en otro ministerio?
Respuesta. Difícil..., el Ministerio de Hacienda en Chile es el que coordina el área económica. Es difícil después ocupar otra cartera.
P. Pero, ¿se mantendrá en la acción política?
R. Tengo que tomar una decisión vital sobre ello. Me quiero dar un año. Y tengo una pasión. Quiero entender más profundamente por qué desde la colonia hasta el día de hoy seguimos siendo un país tremendamente inequitativo que reproduce grandes desigualdades.
P. La estabilidad macroeconómica chilena está tan fuera de discusión como la gran desigualdad en la distribución de la riqueza. ¿Cuáles han sido los obstáculos que ha tenido usted para reducir esas desigualdades?
R. Chile ha tenido un comportamiento espectacular. En los últimos 20 años ha sido el quinto o sexto país que más creció en todo el mundo. La distancia respecto a América Latina es sideral. Pero la pregunta es: ¿hasta cuándo va a durar esto? Y mi respuesta es que no va a durar si somos incapaces de resolver el problema de la inequidad o la desigualdad en nuestra sociedad. Chile va camino de convertirse en una caldera.
P. ¿Y que resistencias encontró?
R. Dos fueron los obstáculos. Primero, la dificultad propia del tema, el hecho de que la desigualdad se debe a muchos factores que van turnándose para reproducirla; y, segundo, que Chile es una sociedad extremadamente elitista, y las élites han aprendido a lo largo de la historia cómo mantener sus privilegios en los ámbitos económico, político, religioso y hasta sindical. Las élites se van pasando la pelota unas a otras... Y los fallos en el caótico siglo XX, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la caída de Salvador Allende, fueron el resultado de malas políticas. Es no entender nada. La sociedad chilena estaba fragmentada y quebrada, en virtual estado de descomposición, donde las desigualdades eran incompatibles con la más elemental cohesión social. Hubo intentos progresistas para reconducir esta caldera; pero no se supo hacer, y el sistema se desbordó con crisis económicas que desembocaron siempre en la restauración de las élites más de derecha. El ejemplo más dramático es la restauración impulsada por Augusto Pinochet, que provoca un retroceso de décadas en términos de regresión social y política.
P. ¿Qué hará Michelle Bachelet en La Moneda, el palacio presidencial?
R. La parte más espectacular, la más maravillosa: la igualdad del acceso a la educación no sólo a partir de los cinco años, sino desde los recién nacidos. Sé que para lograr una sociedad más igualitaria no basta con educar. Hay una cantidad de elementos de privilegio: se necesita deselitizar la sociedad. Hemos dado la señal de partida. Creo que esta vez vamos a conseguir la transformación que hemos buscado sin lograrlo durante todo un siglo.
P. Se ha entrevistado usted con varios ministros españoles. ¿Cuál ha sido el propósito de su visita a España?
R. Me ha interesado mucho la experiencia española del pacto social que actualmente se está negociando. El ministro Jesús Caldera me ha explicado en detalle la situación. En Chile tenemos problemas parecidos a los de España en el mercado laboral. Estamos en el medio de dos posiciones polarizadas. Están los que prefieren la libertad de despido y la precariedad total y aquellos que quieren la protección absoluta. Soy amigo de Michelle Bachelet y ella me pide opinión.
P. Un fiscal especial se apresta en EE UU a procesar a altos cargos de la Administración de Bush por varios delitos al filtrar el nombre de una agente de la CIA. ¿Cómo afectará la política a la marcha de la economía?
R. En la etapa de Bill Clinton, la posibilidad del juicio político (impeachment) por el caso de Monica Lewinsky, y no pasó nada. Pero, cuidado, porque la economía se mostraba entonces muy robusta. En cambio, ahora tenemos una economía en la que es vital disponer de capital político para hacer las reformas que van a reducir el déficit fiscal. Se requiere un Ejecutivo más fuerte. Por tanto, lo que está pasando estos días es malo. El escenario peligroso es que si se diera una crisis política que infundiera dudas en los mercados respecto a la capacidad de la Administración de Bush para reducir el déficit fiscal, ello podría provocar presiones sobre el dólar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.