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Juzgado un 'mosso' por arresto irregular de una mujer tras una confusión

El agente está acusado de pegar e insultar a una profesora a la que tomó por una 'narco'

El agente de los Mossos d'Esquadra Ernest Batalla, de 28 años y vecino de Vielha, fue juzgado ayer en la Audiencia de Lleida por arrestar de forma irregular a una profesora a la que confundió con una narcotraficante. El fiscal pidió para el acusado tres años y dos meses de prisión y 10 de inhabilitación por los presuntos delitos de detención ilegal y atentado grave a la integridad moral de las personas y dos multas por una falta de lesiones y otra de injurias.

Eva S. A., de 35 años y profesora de secundaria, estaba la noche del 9 de julio de 2003 hablando por teléfono en el interior de su coche, aparcado en la plaza de Betrén, porque en su domicilio no tenía buena cobertura. "Fue una noche de terror que todavía no he conseguido olvidar", respondió ayer a preguntas del fiscal. Esa noche, explicó, tres hombres "con mala pinta" se acercaron corriendo hacia donde estaba ella y, al creer que podían ser delincuentes, añadió, "puse el coche en marcha y salí disparada". Por el retrovisor vio que los hombres se subían a un coche y salían en su persecución. "Estaba horrorizada. En aquel momento pusieron en peligro mi vida y la de otros automovilistas", añadió.

La persecución acabó en Vielha, donde momentos antes se había registrado un accidente de tráfico. Había vehículos de policía y de bomberos. Eva se detuvo para pedir ayuda, pero no tuvo tiempo de bajar del coche. El acusado abrió la puerta y, sin identificarse como policía, la cogió por el cuello mientras le daba puñetazos en la cabeza, le estiraba de los pelos y la insultaba.

Después sacó bruscamente a la mujer del coche, la arrojó al suelo y la esposó. Eva fue introducida en un vehículo policial a empujones y trasladada a la comisaría, donde fue abandonada sin que nadie le pidiera disculpas tras caer los agentes en su error. La denunciante tuvo que recibir asistencia médica y tratamiento psiquiátrico por depresión. Dos años después, aún tiene miedo de ir sola por la calle.

El acusado, que ejerce como mosso desde 1998, reiteró ayer que su actuación fue "totalmente correcta" y dijo que esposó a la mujer por su propia seguridad, ya que se encontraba "fuera de sí, histérica y muy nerviosa".

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