Cambio o decadencia
Anthony Guiddens, inspirador de la 'tercera vía' de Blair, pronostica un desplome económico y un auge del nacionalismo si no hay reformas
"Temo un serio problema de desplome de la economía europea y un retorno del nacionalismo", advirtió ayer Anthony Giddens, ex director de la London School of Economics e inspirador intelectual de la tercera vía, el movimiento que impulsó la regeneración del laborismo bajo el liderazgo de Tony Blair. Giddens apoyó sin remilgos el debate lanzado por el primer ministro británico sobre la reforma del modelo social europeo y los cambios que ha de afrontar Europa para acomodarse a un mundo globalizado
Ayer presentó, junto a Matt Browne, director de Policy Network, las propuestas de este think tank sobre el futuro del modelo social europeo. Policy Network es la red global creada en su día por Peter Mandelson, durante muchos años mano derecha de Blair y actual comisario europeo de Comercio Exterior, para extender la ideología del Nuevo Laborismo. El texto presentado ayer, que recoge las aportaciones de intelectuales y activistas de Austria, Italia, Holanda, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Francia y Grecia, puede ser leído como la sustancia del pensamiento reformista del primer ministro británico y que hoy transmitirá a sus homólogos europeos en Hampton Court.
"No se trata de vender el modelo anglosajón", precisó Giddens, "porque en el Reino Unido sigue habiendo niveles inaceptables de desigualdad social". Alertó de la magnitud "del tsunami los cambios que se acercan a Europa desde el exterior: India, China y muchos otros países" y renegó de quienes sostienen que lo importante ahora es llegar a un acuerdo sobre el presupuesto "y seguir como si no pasara nada". "Muchos dicen que la presidencia británica está siendo un fracaso pero habrá hecho mucho más que muchas otras si consigue abrir este debate en Europa".
El inspirador de la tercera vía se opuso a la interpretación de que el no de los franceses a la Constitución europea o el corto triunfo de Angela Merkel en Alemania reflejan resistencia a las reformas económicas. "Los europeos quieren el cambio", dijo, "aunque hay grupos concretos que se oponen a ese cambio".
Matt Browne explicó que las reflexiones del Policy Network no defienden un modelo frente a otros, sino una mezcla de todos ellos, recogiendo de cada uno lo más positivo. Pero citó en particular las aportaciones que puede hacer el modelo nórdico, dentro del cual se engloban experiencias distintas en los diversos y no siempre comparables países escandinavos.
El documento elaborado para la cumbre de Hampton Court subraya "la visión unánime del grupo de que en términos de crecimiento económico, alto empleo y los indicadores comúnmente aceptados de inclusión social, los Estados miembros nórdicos han tenido el mejor comportamiento en la última década". Y aunque en el pasado se minimizó su importancia por ser países pequeños y ricos, creen que de su experiencia se desprenden lecciones útiles para Europa.
A estos expertos les llama especialmente la atención que los países nórdicos hayan sido capaces de reformar sus sistemas sociales -en crisis durante los años ochenta y noventa- y atribuyen ese éxito en parte a que sus gobiernos y sociedades aceptaron la reforma sin tener que enfrentarse al veto ejercido en otros países europeos por determinados grupos políticos o por los sindicatos.
El éxito nórdico se ha basado no sólo en fuertes inversiones en Investigación y Desarrollo, sino en tres líneas de actuación en paralelo: "Un acercamiento amplio en invertir en los niños desde la más tierna infancia para superar sus desventajas heredadas y hacerles capaces de expresar todo su potencial"; "un compromiso a favor de los mercados flexibles basado en el reconocimiento de que los países pequeños tienen pocas alternativas para competir en una economía crecientemente abierta y global" y "un compromiso a favor de formas modernas de protección social: proteger a la gente, no los empleos".
Policy Network subraya que "el ímpetu primario de las reformas ha de venir del interior de los Estados miembros" pero en Europa se puede incentivar ese ímpetu. ¿Cómo? Incentivando y concentrando el gasto en I+D, facilitando que se queden en Europa los estudiantes extranjeros más brillantes, flexibilizando los mercados de servicios, incentivando la modernización de los sistemas sociales o invirtiendo en los niños (educación, lucha contra la pobreza).
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