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Reportaje:

Más de 200 'Quijotes'

La Biblioteca de Cataluña repasa en una exposición la historia de la obra de Cervantes a través de sus ediciones

La Biblioteca de Cataluña se ha sumado a los actos conmemorativos del cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote con la inauguración de una exposición bibliográfica que pretende dar a conocer la obra de Cervantes a través de sus diversas ediciones. La exposición está planteada como un recorrido que comienza con un ejemplar de 1605 y acaba con las últimas ediciones anotadas de eruditos como Martí de Riquer.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, y el de Castilla-La Mancha, José María Barreda, inaugurarán hoy la exposición, que podrá visitarse hasta el 31 de enero del año próximo. Los más de 200 volúmenes que componen El Quijote, un héroe de papel, los papeles de un héroe forman parte del fondo cervantino de la Biblioteca de Cataluña, uno de los más importantes del mundo desde que en 1915 se completó con la valiosa colección donada por Isidre Bonsoms.

El recorrido se abre con un ejemplar de El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha de 1605. Tras el éxito inmediato que cosechó esta primera edición y antes de que el impresor original se decidiera a sacar a luz una segunda, ya se publicaron dos en Lisboa. La exposición recoge algunas de las versiones en castellano que se imprimieron en distintas ciudades europeas antes de la aparición de la primera traducción al inglés en 1612.

Dentro del primer apartado histórico, también se exhibe la edición barcelonesa de 1617, que unió por primera vez las dos partes de la obra, y la de 1662 de Bruselas, la primera ilustrada en castellano.

A lo largo del siglo XVIII conviven las versiones destinadas al público mayoritario con nuevos productos editoriales más ambiciosos. Entre estos últimos destaca el de J. y R. Tonson, publicado en Londres en 1738 en castellano, que incluía las ilustraciones de Vanderbanck y la Vida de Miguel de Cervantes Saavedra, escrita por Gregori Maians i Siscar. Del siglo XIX se exhiben los Quijotes ilustrados por Apel.les Mestres, Josep Lluís Pellicer y Gustave Doré, y la primera traducción al catalán, a cargo de Eduard Támaro.

Como explicó ayer la comisaria de la exposición, Joana Escobedo, la extensa producción bibliográfica del siglo XX la obligó a acotar la exhibición a tres tipos de ediciones: las publicadas en torno al tercer centenario de la obra, las ilustradas por artistas destacados y las anotadas por académicos. Las ediciones de artista están firmadas por ilustradores tan conocidos como Salvador Dalí, Arminius Hasemann, Ricardo Marín y Lluís Jou, entre otros.

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Los volúmenes anotados están representados a través de las ediciones de eruditos como Francisco Rico, que han destinado sus esfuerzos a acercar el texto de Cervantes al lector contemporáneo. La exposición evoca también la biblioteca de Alonso Quijano, a la que se hacía referencia en el capítulo seis de la primera parte. En las vitrinas de la Biblioteca de Cataluña se recogen algunos de los títulos que tras el severo escrutinio acabaron en el fuego y también alguno que se salvó de la quema, como el Amadís de Gaula, Tirant lo Blanc y La Araucana.

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