Palazuelo expone la energía de las formas
El Museo Reina Sofía muestra un centenar de obras del artista de los últimos 10 años
Energía, materia, forma. Con estos conceptos, Pablo Palazuelo, de 90 años, reflexiona sobre su obra artística. La producción de los últimos 10 años, con 108 obras, entre pinturas, esculturas, dibujos y guaches, se presentó ayer, con la ausencia del artista, en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid (Santa Isabel, 52, www.museoreinasofia.mcu.es, hasta el 9 de enero). El montaje conmemora el Premio Velázquez de las Artes Plásticas 2004, que Palazuelo recibió en el Museo del Prado. La directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, calificó a Palazuelo como "uno de los artistas más importantes del panorama mundial", convertido en un maestro que crece con la edad hasta conseguir una realidad nueva. "Una obra de gran rigor que produce una enorme emoción estética. Ante sus cuadros se siente una paz, armonía, la que produce haber llegado a un conocimiento muy hondo".
La obra expuesta pertenece a la última década, y comienza en 1995, el año de la retrospectiva en el Reina Sofía. "Es una década de vitalidad, de rigor geométrico presentado en ritmos musicales, de un lenguaje en constante revitalización", declaró Martínez de Aguilar.
Palazuelo recorrió las salas del museo cuando Patricia Reznak y César Cabanas terminaron el montaje de las obras en el espacio A1 de la planta baja, aunque ayer prefirió quedarse en su finca de la sierra madrileña y no agotarse en la presentación a los medios, comida privada en el museo y apertura oficial. El comisario de la exposición, el crítico de arte Kevin Power, ha seguido de cerca la obra de Palazuelo, al que ha dedicado varios textos en sus exposiciones y el ensayo La imaginación activa, en el catálogo de la actual muestra, junto con otro texto de Hans Obrist.
"Hay artistas con una capacidad creativa que se apaga con la edad, se quedan en una plácida repetición, sin energía para imaginar, pero otros artistas nos deslumbran y sorprenden con la emoción que causa su última obra, como De Kooning y Palazuelo", señaló Kevin Power al comentar la exposición de una "obra inacabada", que ha sido coordinada por Verónica Castillo.
Para Power, la obra de Palazuelo tiene tres cualidades: emoción, pensamiento, imaginación. En lugar de ilustrar las ideas, el artista explora las posibilidades de la abstracción, "el lenguaje emblemático del siglo XX", con nuevas vías para los códigos lingüísticos de la pintura, "en una mezcla de disciplina vigorosa e imaginativa, que corresponde con ideas dominantes de la ciencia, las matemáticas y la teoría del caos".
Lenguaje en series
En los distintos espacios se han colocado de forma cronológica "la familia de formas" que crea Palazuelo en los últimos 10 años, desde los trazos verticales a las masas de color que se encierran en círculos, para definir que "la geometría es un lenguaje que explica el mundo", según el artista. Se han distribuido las series como "agrupaciones de energía orquestadas donde las formas interactúan y mutan genéticamente", según el comisario, que distingue en el artista su preocupación por la energía y el número.
Las series Umbra, de Somnis, Dream, Ramo, Oval y Circino se suceden en el montaje. "Yo agrupo mis cuadros porque la proximidad física de varios integrantes de un grupo o familia muestra más claramente un proceso de transformación continua e irreversible que en su desarrollo desborda los límites de cada obra individual", anota Palazuelo, para quien el universo está vivo, abierto, sin límites, en movimiento continuo.
"Lo que no vemos, Palazuelo lo hace visible", afirma Power ante "la elegancia de la sencillez" de las pinturas de gran formato, las esculturas de acero, los dibujos y guaches de un artista que "siente el pensamiento de los tiempos".
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