Los primeros militares españoles viajarán a Cachemira esta semana

Los primeros militares españoles que participarán en la operación de la OTAN en auxilio a las víctimas del terremoto de Pakistán viajarán a la zona el viernes o sábado, mientras que el grueso de las tropas lo hará la semana próxima. Está previsto que el contingente, de unos 370 efectivos, se instale junto a la ciudad de Muzaffarabad, capital de la Cachemira bajo control paquistaní, la región más castigada por el seísmo del pasado día 8.

El Estado Mayor de la Defensa ultima el diseño del contingente español, que estará formado por una unidad de ingenieros, una unidad médica y un núcleo de apoyo logístico (NSE), así como una plana mayor. La unidad de ingenieros, a la que corresponderá el grueso del trabajo -centrado en levantar campamentos para dar refugio a cientos de miles de personas que se han quedado sin techo ante la inminencia del durísimo invierno- estará formada por una sección de la Brigada Paracaidista (Bripac), con base en Madrid; otra de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), con sede en Pontevedra y Asturias, y otra del Mando de Ingenieros de Salamanca.

Los ingenieros adscritos a la fuerza de reacción de la OTAN (NFR), que el Consejo Atlántico decidió movilizar la semana pasada, son los zapadores de las brigadas de infantería, pero éstos están entrenados para levantar campos de minas y carecen de la maquinaria necesaria para restaurar carreteras, por lo que ha sido necesario recurrir a una sección del Regimiento de Salamanca.

Además, se enviará una unidad médica, procedente del Escalón Médico Avanzado del Ejército de Tierra (EMAT) de Sevilla, y oficiales del Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia). Dicho cuartel ejercerá el mando sobre el terreno de las fuerzas terrestres de la OTAN; es decir, la compañía española de ingenieros y las que aporten Polonia e Italia.

El mando conjunto de la operación, incluidas las fuerzas aéreas, lo ejercerá el cuartel general de la OTAN en Oeiras (Lisboa); aunque en el norte de Pakistán se encuentran también tropas de EE UU, que aporta el grueso de los helicópteros y actúa al margen de la Alianza Atlántica.

Según las fuentes consultadas, el mando de las fuerzas terrestres de la OTAN desplegadas en la zona corresponderá a un militar español. Pese a su reducido número (entre 1.000 y 1.500), Defensa se inclina por designar a un general para facilitar su relación con las autoridades paquistaníes y estadounidenses. El candidato con más posibilidades es el general de brigada José Antonio Bautís Otero, ex representante español en el Comité Militar de la Unión Europea y ahora destinado en el cuartel de la OTAN en Bétera. Aunque la operación no tiene una duración prefijada, el compromiso español con la NFR concluye el próximo 31 de diciembre. Se trata de una misión estrictamente humanitaria, por lo que los militares de la OTAN irán desarmados y su protección correrá a cargo de las fuerzas del Ejército paquistaní.

Se supone que la zona no presenta riesgos -más allá de los derivados de un cataclismo que ha causado más de 50.000 muertos y cuyas réplicas no han cesado todavía-, a pesar de que Cachemira ha sido objeto de varias guerras entre India y Pakistán.

El ministro José Bono comparecerá mañana por la tarde ante la Comisión de Defensa del Congreso para informar de los pormenores de la operación. A continuación, se votará una proposición no de ley en la que se afirma que "el Congreso de los Diputados apoya la participación de nuestras Fuerzas Armadas, a través de las organizaciones internacionales de las que España forma parte, en la ayuda solicitada por Pakistán para atender las consecuencias del terremoto sufrido por este país el 8 de octubre".

La proposición la presentó el Grupo Socialista el pasado día 21, después de que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se comprometiera con el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, a someter a votación el envío del contingente a Pakistán, lo que sería obligatorio si ya hubiese entrado en vigor la nueva ley de la Defensa Nacional que se tramita en el Senado. La actitud final de IU es, precisamente, una de las incógnitas de la votación.