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Zapatero pedirá a la UE fondos para controlar los tráficos de la inmigración ilegal

El presidente quiere que la Unión Europea asuma la salvaguardia de las fronteras comunes

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estará el jueves en Hampton Court, cerca de Londres, con el objetivo esencial de acelerar las políticas migratorias de la UE, para lo cual planteará dos peticiones al Consejo Europeo: una general, que la Unión asuma efectivamente sus responsabilidades frente a un problema que, tras la supresión de las fronteras interiores, atañe por igual a todos los países miembros, y otra muy concreta, que se liberen fondos para aplicar ya políticas que, de lo contrario, no entrarían en vigor hasta 2007.

La Agencia de Control de Fronteras, un organismo comunitario de seguimiento y coordinación creado el pasado mes de mayo, no está operativa. Lo mismo ocurre con el Fondo de Control de Fronteras, con el Fondo para el Retorno de Inmigrantes Ilegales y con el Fondo para la Integración de Inmigrantes Legales.

Financiados, respectivamente, con unos 2.000, 1.700 y 1.000 millones de euros, estos instrumentos no recibirán su dinero más que en el marco presupuestario que la Unión negocia para el septenio 2007-2013, las llamadas perspectivas financieras que han sido expresamente excluidas de la agenda del consejo extraordinario convocado esta semana por el primer ministro británico y presidente de turno de la Unión, Tony Blair, bajo el lema de Europa y la globalización.

El Gobierno español no lamenta, según fuentes diplomáticas, ese enfoque genérico ni tampoco la decisión británica de excluir la negociación financiera, pese a las protestas de los nuevos socios del Este, que temen un retraso de las subvenciones que les corresponden. Zapatero comparte, así, el criterio de Blair de que, para llegar a un acuerdo sobre perspectivas antes de que termine el año, conviene evitar ahora los problemas que llevaron a un choque frontal del Reino Unido y Francia durante el Consejo Europeo del pasado mes de junio.

Pero la emergencia migratoria puede esperar aún menos que el arreglo presupuestario en el que España se juega muchos miles de millones en fondos estructurales y regionales. De ahí que el presidente vaya a proponer a la cumbre informal de Hampton Court que se reoriente financiación ya aprobada en el contexto de programas como los MEDA, para desarrollar el partenariado con los países mediterráneos, o de las nuevas políticas de vecindad, hacia los programas mencionados relativos a la inmigración.

"No hace falta que las cifras sean espectaculares. Bastaría con que cambiara el destino de un 3% o un 5% del dinero afectado, a fin de dedicarlo a ayudar a Marruecos en la formación de policías o la repatriación de inmigrantes", asegura un funcionario que se ocupa de estos asuntos.

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Zapatero hará esta propuesta como parte del plan sobre inmigración que anunció la semana pasada en el encuentro hispano- francés celebrado en Barcelona. Francia será su principal apoyo cuando lo presente ahora a los líderes europeos, pero también la Comisión Europea y la propia presidencia británica han acogido la iniciativa favorablemente.

El grueso de la intervención del presidente será un intento genérico de convencer a los líderes de que las fronteras exteriores son comunes y deben, por tanto, ser salvaguardadas mediante un esfuerzo colectivo.

En ese principio apoyará Zapatero su demanda de que la Unión, que sólo ha firmado acuerdos de repatriación con Rusia, extienda ese instrumento a los países subsaharianos; o la de que la UE reordene su ya importante cooperación al desarrollo de África para orientarla más a los países del Sahel, grandes emisores de emigración ilegal.

En el terreno policial, las cosas son especialmente difíciles. La policía europea de fronteras que promueve España topa con la dificultad de Finlandia, que tiene militarizados sus extensos límites con Rusia.

La X Cumbre Euromediterránea de Barcelona, de la que España espera sacar otra cumbre ministerial para incorporar los temas de Justicia e Interior al proceso de diálogo, y la cumbre euroafricana que promueven Rabat y Madrid, serán nuevas ocasiones para profundizar en los problemas migratorios.

Ésta de Hampton Court será excepcional, porque los líderes se encerrarán completamente solos. Únicamente el secretario general de la Presidencia, Nicolás Martínez Fresno, y quizás el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, podrán acceder, por parte española, al palacio donde se reúnen los jefes. Pero no a la sala de la cumbre.

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