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Poderes limitados

El presidente de Polonia representa el país ante el mundo, aunque de puertas adentro sus poderes son limitados. El cargo no es meramente honorífico, pero el modelo polaco tampoco es presidencialista: se queda a medio camino.

Las atribuciones más importantes se concentran en la definición de la política exterior. Pero el jefe de Estado es también comandante en jefe del Ejército y le corresponde nombrar a los generales. En el ámbito de la justicia cuenta con importantes atribuciones, como designar directamente a una cuarta parte del Tribunal Constitucional.

El presidente polaco puede asimismo convocar referendos y tiene cierto poder de veto sobre las leyes que apruebe el Parlamento, aunque limitado: el veto puede ser superado con el respaldo del 60% de los diputados, un porcentaje que, en caso de gobierno estable, es fácil alcanzar. Aunque técnicamente propone el nombre del primer ministro, lo hace a instancias del partido que cuenta con mayor apoyo parlamentario.

La campaña electoral no ha tenido en cuenta estas limitaciones. Lech Kaczynski ha ido recortando la distancia con su contrincante al presentarse como un baluarte contra el neoliberalismo de Donald Tusk, a pesar de que la política económica la decide el Gobierno y no el presidente.

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