La autonomía financiera de Andalucía crece ligeramente en 2003 al recaudar más tributos
La recaudación del IVA fue la que más aumentó entre los dos primeros años del sistema
Desde su entrada en vigor, en 2002, la Junta ha defendido el actual modelo de financiación, aunque ha planteado la necesidad de introducir "ajustes" para avanzar en la autonomía financiera. El análisis de los expertos apunta que el sistema (que tiene como vía de ingresos una cesta de impuestos y un fondo que completa las necesidades de financiación que tienen las autonomías para las competencias que ejercen) ha funcionado. En el caso de Andalucía, los datos ponen de manifiesto que en los dos primeros años del sistema (2002 y 2003), el peso de los impuestos en la financiación de la comunidad (la autonomía financiera) ha aumentado ligeramente. El IVA es el impuesto cuya recaudación aumentó de forma más destacada.
La propuesta de financiación que ha incluido el Gobierno catalán en su propuesta de reforma de Estatuto ha puesto de nuevo sobre la mesa la polémica de la financiación autonómica. El proyecto que aprobó el Parlamento catalán plantea que la Generalitat recaude todos los impuestos y tenga capacidad normativa limitada sobre ellos. Tanto el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero como el resto de comunidades recelan de esta propuesta, tanto en el fondo como en la forma.
El Ejecutivo central y el andaluz siempre han planteado que la financiación de las comunidades de régimen común debe ser acordada en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), órgano que reúne a la Administración central y a las autonómicas, y nunca debe ser resuelta de forma bilateral.
El actual modelo de financiación se basa en una cesta de impuestos, en la que están incluidos los tributos propios de las comunidades así como un tramo de otros cedidos por el Estado: el 33% del IRPF, el 35% del IVA y el 40% de los impuestos especiales (alcohol, tabaco o hidrocarburos). En el caso de las comunidades cuyas necesidades de financiación no son cubiertas con sus ingresos tributarios entra en funcionamiento la segunda pata del sistema: el fondo de suficiencia.
Sólo Madrid y Baleares)se nutren exclusivamente de sus ingresos tributarios, mientras que el resto tiene que acudir al fondo de suficiencia (transferencias directas del Estado) para cubrir sus necesidades de financiación.
En Andalucía, los datos de 2002 y 2003 ponen de manifiesto que se ha avanzado muy levemente en la autonomía financiera. Así, en 2002, el 51,3% de los ingresos de la Junta por la financiación autonómica procedió de los impuestos que se recaudan en Andalucía, mientras que el 48,6% llegó del fondo de suficiencia. En 2003, los ingresos tributarios crecieron tres décimas y se situaron en el 51,6%, mientras que los ingresos procedentes del fondo de suficiencia se situaron en el 48,3%. "El sistema ha funcionado razonablemente bien para Andalucía", afirma José Sánchez Maldonado, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Málaga. De la misma opinión es Diego Martínez, profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla e investigador del Centro de Estudios Andaluces, quien cree que es un modelo bastante equitativo. "El sistema de financiación está siendo bastante bueno para todas las regiones", asegura Martínez.
El IVA es el impuesto cuya recaudación creció de forma más pronunciada entre 2002 y 2003. Así, Andalucía ingreso el primer año de aplicación del sistema 2.221 millones de euros en concepto de IVA, mientras que en 2003 esta cantidad llegó a 2.447 millones (226 millones más). "El IVA es ahora el impuesto más dinámico", comenta el profesor Sánchez Maldonado. El IRPF es otro impuesto que tuvo un buen comportamiento esos años y creció 139 millones de euros (de 1.750 millones a 1.889 millones).
Una de las alternativas que baraja el Gobierno de Zapatero en estos momentos es aumentar la participación de las autonomías en el IRPF a, al menos, el 50%, aunque la Administración central recuperaría el control íntegro del IVA. La Junta estima que esta propuesta haría que Andalucía aumentase sus ingresos en 155 millones de euros, debido, sobre todo, al incremento del fondo de suficiencia. Diego Martínez señala que esta alternativa iría "en detrimento de la autonomía financiera", ya que se dependería más de "las transferencias directas del Estado". Como ventaja, Martínez apunta que un aumento en la cesión del IRPF podría ser positivo para Andalucía dado que "parte de unos niveles de renta más bajos" y tiene "un potencial de crecimiento de renta" mayor que el resto de comunidades.
Sánchez Maldonado coincide en que si el Estado recupera el IVA, las comunidades tendrían que ser compensadas con un aumento sustancial de su tramo del IRPF. El catedrático sugiere que las comunidades puedan tener una participación en la fase minorista del IVA (el último pagador de este impuesto). "La fase minorista del IVA se puede dejar en el espacio fiscal propio de las autonomías, ya que el que paga el impuesto coincide con el territorio", afirma.
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