La oposición argentina, dividida y sin rumbo
Los radicales, los populistas y el centro-derecha pugnan por el reducido espacio político que dejan los peronistas
El pasado lunes, Néstor Kirchner, conmemoraba en un masivo acto el 60º aniversario de las marchas populares que lograron en 1945 la liberación de Juan Domingo Perón y el nacimiento del movimiento político que lleva su nombre. Seis décadas después, el peronismo se dibuja en el horizonte electoral como una fuerza tan amplia que es capaz de protagonizar a la vez el papel de gobernante y de principal opositor y frente al cual apenas pueden presentar resistencia partidos políticos históricos en horas bajas o nuevas formaciones basadas más en el carisma de un líder que en una estructura organizativa.
"La clave de estas elecciones es si después va a haber oposición o no", advierte Diego Dillenberger, director de la revista de comunicación Imagen. Tres son las formaciones que se disputarán la mayor parte del voto que dejarán libre los dos grupos en que se divide el peronismo: el Partido Justicialista (PJ), de Eduardo Duhalde, y la corriente del Frente por la Victoria (FPV), del presidente Kirchner. Se trata de la Unión Cívica Radical (UCR), Propuesta Republicana (PRO) y Argentinos por una República de Iguales (ARI).
Mauricio Macri, el dueño de Boca Juniors, encabeza los sondeos en Buenos Aires
Todavía no recuperada de la catastrófica presidencia de Fernando de la Rúa (1999-2001), que terminó con la ruina económica e institucional del país, la UCR se encuentra en pleno proceso de recomposición, un mal momento para acudir a las urnas cuando en el mes de diciembre está previsto que elija una nueva dirección que, al menos, la permita afrontar la carrera presidencial de 2007. Un liderazgo de partido para el que se postula el ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989). El panorama se muestra muy negativo para el histórico partido tanto en la capital argentina como en la provincia de Buenos Aires. Las encuestas apenas le otorgan un 5,5% de los votos en la provincia, donde Cristina Fernández de Kirchner arrasa con un 38,3%, y un 2,9% de los sufragios en la capital federal.
"La UCR ha dejado de ser un partido y se ha convertido en una federación de partidos provinciales sin capacidad de convocatoria nacional", explica Enrique Szewach, presidente de la empresa calificadora de riesgos Evaluadora Latinoamericana. Los radicales han sustituido el mitin de fin de campaña por una "jornada de esclarecimiento y discusión de propuestas" en la que el candidato por la ciudad de Buenos Aires, Facundo Suárez Lastra, recorrerá las mesas informativas instaladas por su propio partido.
El centro-derecha está organizado en torno a Propuesta Republicana (PRO) liderada por Ricardo López Murphy y el empresario Mauricio Macri. De personalidades y trayectorias diferentes, han formado una asociación que puede alzarse con el triunfo en la ciudad de Buenos Aires con Macri encabezando la lista. Con un discurso basado en la necesidad de un Estado que garantice la seguridad en las calles, Macri ha calado en el electorado. Tanto, que encabeza las encuestas con el 23,9% de la intención de voto. El problema es que no tiene un partido fuerte detrás. "Macri y López Murphy han hecho una asociación, que no un partido, con un nombre del que nadie se acuerda y que está formada por otros dos partidos llamados Recrear Argentina y Creer y Crecer, de los que todavía se acuerdan menos", opina Dillenberger. Para Macri, un empresario local muy conocido, entre otras cosas por ser el dueño del club de fútbol Boca Juniors, el triunfo en la capital puede suponer un espaldarazo ante sus aspiraciones presidenciales para 2007.
Entre ambas opciones y con un talante más populista se sitúa Elisa Carrió, la líder de Argentinos por una República de Iguales (ARI), formación a la que se augura el segundo puesto en la capital. Carrió comenzó apoyando en 2003 a Kirchner para luego irse distanciando de él. Encarna una propuesta de centro-izquierda a la que pueden ir muchos votos desencantados con el radicalismo pero que no están dispuestos a trasladarse al centro-derecha de PRO y mucho menos a ninguna de las variantes del peronismo. Carrió ha acusado repetidamente al peronismo de ser "el mayor obstáculo para el desarrollo durante los últimos 30 años", un discurso que cala hondo en la capital argentina.
Los partidos más a la izquierda de la UCR acuden a las urnas en una decena de listas en las que caben desde representantes comunistas a los movimientos piqueteros. Entre todos destaca Autodeterminación y Libertad que con Luis Zamora a la cabeza quedó tercero en la capital en 2003. Por lo que respecta al interior del país, sobresale el socialista Hermes Binner como candidato a la victoria en Santa Fe con una coalición donde están también los radicales. En las elecciones a gobernador fue el candidato más votado, pero el reparto electoral otorgó la victoria al candidato justicialista. Para Szewach, el diagnóstico es claro. "La oposición no ha logrado unificar un discurso serio de alternancia y ha quedado atomizada. El peronismo ha perdido el poder cuando frente a él tenía una alianza, y por ahora no hay nada parecido".
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