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Entrevista:PETER MANDELSON | Comisario de Comercio de la UE

"La agricultura debe sacrificarse a la industria"

Peter Mandelson, comisario de Comercio de la UE, ha sido convocado imperativamente hoy a Luxemburgo para explicar a los ministros de Exteriores de la Unión su programa negociador en la ronda de Doha. A dos meses de la reunión en Hong Kong de los 148 países de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el comisario ha hecho unas propuestas de rebajas arancelarias para productos agrícolas que han sobresaltado a 14 de los Veinticinco, un grupo encabezado por Francia en el que también está España. París le acusa de haberse extralimitado. "El beneficio para Europa de cerrar una ronda de Doha ambiciosa es colosal", dice en una entrevista con tres corresponsales. "El 85% de las exportaciones europeas son productos industriales, no productos agrícolas".

"El poder de Europa como negociador está en tener una voz única"

Pregunta. ¿Sienten que los Estados no confían en usted?

Respuesta. Nadie había objetado hasta que la ministra francesa de Comercio Exterior dijo que me había extralimitado. No dio detalles. Así que supongo que ella u otros ministros lo aclararán. En agricultura actuamos conforme a la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) pactada en 2003. No veo que la ronda de Doha requiera más reforma agrícola en Europa. Al contrario, la reforma de la PAC es la base sobre la que negociar.

P. La mayoría de los países parecen muy preocupados.

R. El Consejo de este martes es una buena ocasión para aclarar las cosas. Vamos hacia un periodo de intensas de negociaciones y eso concentra el interés de los gobiernos. Hay preocupación, en particular en Francia. Pero al Gobierno francés le damos más información que a ningún otro sobre las negociaciones. La Comisión debe tener autonomía táctica en las negociaciones, siempre dentro del mandato acordado por los Estados. Cualquier intento de recortar su autonomía negociadora reducirá sustancialmente sus posibilidades de éxito en Hong Kong.

P. La Comisión presentó la pasada semana ofertas de desarme arancelario. ¿Serán modificadas?

R. Lo que hemos presentado son ideas para tantear a la otra parte. Estamos en una negociación seria. Tenemos que ver hasta dónde puede llegar la otra parte. Pero lo hemos de hacer en una atmósfera de confianza entre la Comisión y los Estados miembros, porque el poder de Europa como negociador está en tener una voz única. Cualquier intento de socavarla o fragmentarla es contraproducente.

P. Sus propuestas escalonan los recortes arancelarios, empezando por rebajas por encima del 50% en los más altos, y reducen las subvenciones en un 70%.

R. El marco negociador de 2004 recoge el principio de que haya un sustancial nuevo acceso al mercado en agricultura. No hemos hecho ofertas de cambios en el gasto agrícola que no hayan sido ya acordadas internamente. Pero tenemos que hacer ofertas que supongan una mejora sustancial en el acceso a los mercados. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de recortar subvenciones que distorsionan el comercio, no del gasto agrícola en su conjunto. Esos cortes se van a hacer cambiando el modo en que gastamos en agricultura.

P. Los agricultores europeos temen ser laminados por la competencia de países que producen más barato.

R. Sí, pero la competitividad de la agricultura debe mantenerse. Es cierto que el grueso de los beneficios para los países en desarrollo no proceden de la rebaja de la subvenciones, sino del recorte en los aranceles. Dentro de esos límites, vamos a proteger los productos europeos más sensibles. Quiero subrayar un aspecto crucial de esta ronda: es un conjunto único, lo que significa que no hay acuerdo sobre nada hasta que no hay acuerdo sobre todo.

P. El tiempo se echa encima. ¿Habrá acuerdo en Hong Kong?

R. Para entonces hemos de tener ya determinadas estructuras, para fijar las reducciones de subvenciones o accesos adicionales a mercado, y números. A eso nos comprometimos en julio de 2004. Estamos retrasados porque hemos tenido que esperar un año a que EE UU, que estaba ocupado con otras cosas, viniera con propuestas. La presión a que le hemos sometido ha dado resultado. La pasada semana hizo su oferta, que llevará a Estados Unidos a repensar su política de subvenciones agrícolas, su Ley Agrícola. Como ha dicho Pascal Lamy, el secretario general de la OMC, Estados Unidos ha cruzado un umbral importante.

P. Algunos críticos señalan que las grandes cifras que se manejan son cambios cosméticos, y que lo realmente importante, los llamados productos sensibles, va a quedar a cubierto.

R. El marco negociador nos da derecho a negociar con las otras partes determinados productos sensibles. Se ha acordado el número y nos corresponde decidir cuáles son. Es algo muy delicado que se decidirá en la negociación. Pero sí se puede decir que la protección a que tenemos derecho será empleada por completo.

P. A usted se le critica por exigir a los países menos desarrollados que abran sus mercados en áreas en las que Europa tiene ventaja comparativa.

R. Eso es el multilateralismo. Nadie les está forzando a abrir sus mercados. El 70% de los pagos de aranceles que liquidan los países en desarrollo por productos industriales son abonados a otros países en desarrollo. No estamos hablando de un asunto Norte-Sur, ni mucho menos. Esta ronda tiene que abrir el comercio Sur-Sur.

P. En este reajuste habrá ganadores y perdedores. ¿Cómo va a convencer a los perdedores de que acepten?

R. Para Europa el gran beneficio vendrá de la reducción de las tarifas aduaneras industriales. El 85% de las exportaciones europeas son productos industriales, no productos agrícolas. Eso supone tomar decisiones duras sobre las agriculturas más protegidas como la de Europa, Japón o EE UU. Pero a cambio de ese sufrimiento, tenemos que recibir algún beneficio. Por eso la ronda no concluirá si no se aborda la cuestión de las tarifas industriales y el comercio de servicios. Europa supone el 25% del comercio mundial en servicios y alrededor del 20% en bienes industriales. El beneficio para Europa de cerrar con una ambiciosa ronda de Doha es colosal.

P. ¿Debe la agricultura sacrificarse por la industria?

R. Sí, pero es un dolor que ya hemos empezado a sufrir con la reforma de la PAC. No estoy pidiendo que se lleve al extremo y se incremente como consecuencia de nuestras negociaciones. Los agricultores no deben temer la competencia, sino competir en áreas en que Europa tiene ventaja competitiva. Eso ya esta ocurriendo, a consecuencia de los cambios internos y globales, que estamos viendo y que serán irreversibles, con independencia del resultado de esta ronda.

Peter Mandelson.
Peter Mandelson.

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