Cooperación y solidaridad

Hoy día mucho se ha avanzado en cuanto a las políticas de cooperación internacional, pasando de estar supeditadas a intereses económicos y estratégicos a considerarlas ahora un pilar fundamental para luchar contra la pobreza. Y esta evolución ha sido posible gracias al esfuerzo y al duro trabajo de muchas mujeres y hombres, en su mayoría anónimos, que desde esos países necesitados de ayuda y desde nuestro país han contribuido a ir concienciando progresivamente a la población de lo que realmente es el objetivo prioritario de la cooperación: querer construir un mundo más justo y más solidario.

Así pues, ahora es España, un país históricamente de emigrantes y con pocas oportunidades, uno de los primeros países que en Europa y en el mundo ha aceptado la responsabilidad de atender a las poblaciones más pobres de países de renta media, menos adelantados y hasta incluso endeudados. En especial, ese carácter nuestro de "país puente" entre Europa y el primer mundo con América Latina y el África subsahariana es el que nos ha sensibilizado a fomentar en esos países una redistribución de las riquezas, así como el fomento de políticas públicas que, sin duda, son una verdadera garantía de igualdad social e inclusión de los más desfavorecidos.

Ahora bien. Los tiempos y las necesidades cambian e incluso aumentan en nuestros días debido, por ejemplo, a la reconstrucción de zonas en guerra o catástrofes humanitarias, lo que nos obliga a seguir trabajando desde el multilateralismo, recabando apoyos y coordinando los trabajos desarrollados en esos países para aprovechar así de forma más efectiva las actividades y programas de ayuda al desarrollo llevadas a cabo. Es un duro y tedioso trabajo, planificado y llevado a cabo por ONG que día tras día sacan adelante sus proyectos con ilusión y demuestran la gran valía de su personal de voluntarios, gracias a los cuales podemos decir que poco a poco vivimos en un planeta cada vez más justo.