_
_
_
_

La periodista Miller relata su declaración en el 'caso Plame'

La reportera dice que "no recuerda" quién le desveló la identidad de la agente de la CIA

Judith Miller, la periodista de The New York Times que pasó este verano 85 días en la cárcel por no querer revelar las fuentes de sus conversaciones sobre la filtración que descubrió la identidad de una agente de la CIA, relató ayer en su diario la comparecencia del pasado 30 de septiembre, durante cuatro horas, ante el Gran Jurado que se ocupa del caso.

Más información
El fiscal especial procesa al principal asesor del vicepresidente de EE UU por el 'caso Plame'
El principal asesor de Cheney se declara inocente de todos los cargos en el 'caso Plame'

El Gran Jurado debe determinar si hay que procesar a alguien por la fuga que reveló el nombre de Valerie Plame, la mujer de Joseph Wilson, el ex diplomático que había negado la tesis de que Níger vendió uranio a Sadam Husein. Por ello, sufrió una campaña de descrédito en la que, entre otras cosas, salió a relucir que había logrado el encargo de Níger gracias a que su mujer trabajaba para la CIA.

Del relato de la periodista se desprende una de las claves que explican la guerra de filtraciones: las malas relaciones entre la Casa Blanca y la CIA antes, durante y después de la guerra de Irak. La propia Judith Miller -un dato que arroja picante al guiso- había escrito artículos basados en información del exilio iraquí que coincidían con el análisis de la Casa Blanca de que Irak tenía armas de destrucción masiva.

Miller escribe, en primera persona, que el fiscal especial Patrick Fitzgerald le preguntó en repetidas ocasiones ante el Gran Jurado si Lewis Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, le pasó información clasificada: "Mis notas [de sus tres conversaciones con Libby] indican que antes de que Wilson publicara sus críticas, Libby me dijo que su mujer podría haber trabajado sobre armas no convencionales en la CIA. Mis notas no muestran que Libby identificara a la mujer de Wilson por su nombre".

La periodista insiste en que "no cree" haber escuchado el nombre de Plame a Libby: "Dije que creía que la información venía de otra fuente que me era imposible recordar". ¿El vicepresidente Cheney estaba al tanto de las conversaciones entre Libby y Miller?, quiso saber el fiscal: "La respuesta fue que no". ¿Discutió Libby información confidencial con la periodista? "Creo que no, pero no puedo estar segura". ¿Cómo trataba Libby la información confidencial? "Con mucho cuidado".

Miller afirma que todo el interés de Libby era dejar claro que su jefe, Cheney, no tenía ni idea de que Wilson había ido a Níger para verificar las acusaciones sobre el uranio. "Le conté al Gran Jurado la frustración y el enfado de Libby por la filtración selectiva de la CIA y otras agencias para distanciarse de sus inequívocos informes anteriores a la guerra (...) y traspasar la culpa a la Casa Blanca". En la segunda conversación con Libby, el 8 de julio de 2003 -dos días después de que Wilson publicara en The New York Times su artículo en el que atacaba al Gobierno-, el jefe de gabinete de Cheney se extendió en sus críticas a Wilson y a la CIA, que había afirmado en varias ocasiones que Irak había conseguido uranio en Níger y que ahora estaba tratando de rectificar sus propias conclusiones.

La salida de la cárcel

La periodista explica su salida de la cárcel diciendo que se decidió a declarar tras el compromiso personal de Libby -que ya había dado uno general, meses antes- de que la liberaba de la confidencialidad y el del fiscal Fitzgerald de que le iba a hacer preguntas sólo sobre las conversaciones con Libby. "Sin estas dos garantías, no habría declarado y seguiría en la cárcel".

El culebrón de las filtraciones tendrá pronto novedades: el fiscal Fitzgerald está en la fase final de su investigación, y el Gran Jurado concluye su labor el próximo día 28. Entre los implicados, además de Libby, está Karl Rove, principal asesor político de George W. Bush, quien declaró durante más de cuatro horas el pasado viernes. Según su abogado, Rove, que habló del asunto con otros dos periodistas -Matt Cooper, de Time, y el columnista Robert Novak-, "no ha sido informado de que sea objetivo de la investigación y se le ha dicho que no hay aún decisiones sobre las acusaciones".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_