_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

DIRAYA, no

Las predicciones que anunciaron que el DIRAYA no iba a funcionar, por desgracia se están cumpliendo. El sistema informático de gestión asistencial que esta implantando el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en los centros de salud, viene a sustituir al antiguo TASS y a intentar cubrir unas más que loables expectativas de eficacia en la gestión, reducción de los tiempos de espera y universalización de la historia clínica. He dicho loables expectativas por que a estas alturas de la película y con un nivel de aplicación muy alto, los fallos y deficiencias del sistema, lejos de enmendarse, se van complicando. No creo que éste fuera el ánimo o el deseo de sus promotores.

Cuando en algunos centros se va a cumplir un año de la implantación del DIRAYA, una nueva versión corregida y aumentada, se está instalando -sin anuncio previo- por los centros, con tan mala fortuna, que esta generando serios problemas de configuración, como los que han dado lugar a que se pierdan las prescripciones de fármacos de largo tratamiento.

Estamos es abocados a un largo suma y sigue: Lentitud clamorosa. Caídas y cuelgues totales o parciales del sistema. Pérdida de información relevante. Dudas razonables sobre la tutela y privacidad de los datos que la centralización ha ocasionado. Desconfianza en el sistema a la hora de aportarle información sensible o comprometida para el paciente. Y colas, sí señor colas y más colas que el sufrido usuario tiene que soportar, cuando accede sin otro remedio al sistema de gestión y citas. Las esperas son lamentables.

Cuando una administración pública toma una decisión de esta trascendencia, impone un sistema de gestión sanitaria que es radicalmente distinto al modelo anterior, sin medir suficientemente el riesgo y, además, promueve salvíficas acciones con el único objetivo de encumbrar sus propios fallos y hacernos ver sólo la paja en el ojo ajeno, no nos queda otra cosa que rezar.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_