Rusia aplasta la ofensiva de radicales islamistas en el norte del Cáucaso

Los últimos focos de resistencia que existían en Nálchik -la capital de Kabardino-Balkaria, que el jueves fue objeto de ataques simultáneos contra casi una decena de edificios públicos por parte de un centenar de radicales islamistas- fueron aniquilados ayer por las fuerzas de seguridad. En los combates murieron 91 extremistas y otros 36 fueron detenidos, afirmó Jachim Shoguénov, ministro del Interior de esa república norcaucásica.

Las bajas de la policía y del Ejército ruso ascienden a 24 muertos y 51 heridos. Además, perecieron 12 civiles y en los hospitales hay más de 100 heridos.

El presidente Vladímir Putin, después de ser informado en el Kremlin de los resultados de la operación, destacó la firmeza, eficacia y coordinación con la que actuaron las diferentes instituciones que participaron en la operación contra los extremistas: el ministerio del Interior, el Servicio Federal de Seguridad y el Ejército.

"Nuestras acciones deben ser adecuadas a todas las amenazas que los bandidos crean a nuestro país. Actuaremos dura y consecuentemente, como esta vez hemos hecho, contra todo el que tome las armas en sus manos, amenace la vida y la salud de nuestros ciudadanos y la integridad del Estado ruso", advirtió Putin, al tiempo que lamentó que todavía sean posible "ataques de esta índole por parte de bandidos". El líder ruso prometió ayuda financiera a las familias de los policías y civiles muertos a consecuencia del ataque fundamentalista.

Las fuerzas de seguridad recuperaron el jueves el control de prácticamente toda la ciudad, pero quedaban todavía dos focos de resistencia, uno en la Comisaría Número Tres y otro en la céntrica tienda Souvenirs. A primeras horas de la mañana, los ocho extremistas que se habían atrincherado en la comisaría intentaron huir en un microbús, pero, al ser perseguidos, el chófer se estrelló contra un árbol y todos fueron aniquilados. Los cinco rehenes que mantenían en la comisaría fueron liberados ilesos.

Asalto con lanzagranadas

Los dos hombres que se habían hecho fuertes en la tienda retenían a dos mujeres, y como todos los intentos de negociar con ellos resultaron vanos, las autoridades ordenaron el asalto de Souvenirs. Durante la operación utilizaron lanzagranadas y un blindado que derribó uno de los muros, permitiendo así la entrada de los policías en el edificio. Ambos rebeldes perecieron en la refriega y las mujeres fueron liberadas, pero una tuvo que ser hospitalizada de urgencia.

Las autoridades se apresuraron a cantar victoria, pero poco después los tiroteos se reanudaron en la sede del Directorio del Servicio Federal de Cumplimiento de Condenas (SFCC). Allí habían penetrado 12 extremistas que seguían oponiendo resistencia.

No está claro si se trataba de un grupo que se había escondido y que al no poder escapar durante la noche debido al triple cinturón de seguridad que rodeaba la ciudad tomó la sede del SFCC o si ésta estaba en sus manos desde el jueves por la mañana, cuando comenzaron los ataques de los radicales islámicos. Sólo pasadas las dos de la tarde (las doce, hora peninsular española) las tropas lograron recuperar el edificio antes de matar a todos los fundamentalistas.

Las escuelas permanecieron cerradas ayer en Nálchik, así como también la mayor parte de las tiendas; las calles estaban desiertas, el transporte no funcionaba en el centro de la ciudad y el aeropuerto continuaba bajo protección.

Al final del día, el bloqueo a la ciudad fue prácticamente levantado y el aeropuerto comenzó a recibir aviones de pasajeros. Sólo en el centro, en los lugares donde ocurrieron los enfrentamientos con los extremistas, había cordones policiales. Se espera que hoy Nálchik vuelva ya a la normalidad.