El Ejecutivo cambia el trazado del trasvase del Júcar al Vinalopó

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, confirmó ayer que modificará el trazado del trasvase Júcar-Vinalopó, ejecutado en un 41%, con el fin de "garantizar más agua para Alicante". La obra iniciada a finales de 2003 ha sido revisada por el Gobierno en los últimos meses, y los estudios indican que en la desembocadura del Júcar hay más recursos para transferir (hasta 70 hectómetros anuales). El cambio implicará un sobrecoste de 100 millones de euros.

La ministra resaltó que la obra alternativa permitirá transferir agua sin problema, al contrario que el proyecto original, revisado por una comisión técnica creada en agosto de 2004. Esta comisión concluyó que la obra en marcha, que arranca en la parte alta del Júcar en Cortes de Pallás, no permitiría trasvasar el máximo de 80 hectómetros cúbicos anuales previstos, sino que sólo aportaría la mitad y siempre que se completara con reservas de acuíferos de Valencia. La alternativa gana hasta 70 hectómetros en la desembocadura, en el término municipal de Cullera, con aportes de afluentes y sobrantes de riego.

La revisión del trasvase Júcar-Vinalopó ha generado en el último año una gran polémica que ha enfrentado no sólo al Gobierno con la Generalitat valenciana, del PP, valedora del proyecto ahora desechado, sino que ha causado una fractura entre regantes, poblaciones y asociaciones agrarias de Alicante y Valencia. El Ejecutivo autonómico presidido por Francisco Camps arremetió ayer de nuevo contra la ministra, a la que acusó de firmar "la defunción" del trasvase. El Gobierno valenciano, que encabezó el 10 de septiembre una manifestación contra el posible cambio junto a los regantes del Vinalopó, expresó su disposición a financiar el trazado anulado.

Narbona, que compareció tras reunirse con el secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, admitió que el nuevo trazado implica un sobrecoste de 100 millones de euros que asumirá el Gobierno, pero consideró que se trata "de la solución más racional" y "con más consenso en la cuenca cedente". Los regantes del Júcar, con derechos históricos sobre el agua de riego, han sido los principales impulsores de la modificación.

La inversión del proyecto original se cifró en 230 millones, con un tercio financiado por la Unión Europea, que ha mostrado su disposición a mantener la aportación. Los futuros usuarios -50.000 hectáreas de cultivo y poblaciones del interior de Alicante- debían desembolsar otro tercio, aunque el ministerio ha decidido que no pagarán hasta recibir el agua. Según Narbona, ello no supondrá un aumento del precio. El nuevo proyecto se publicará a finales de mes en el Boletín Oficial del Estado. Narbona no dio plazos para terminar la obra, aunque no es previsible que concluya antes de 2009.