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La izquierda italiana elige a su candidato con primarias abiertas a los ciudadanos

Romano Prodi, ex presidente de la Comisión Europea, favorito en la votación del domingo

Enric González

La Unión, coalición de los partidos italianos de centro-izquierda, celebrará este domingo unas elecciones primarias para elegir a su candidato a la presidencia del Gobierno. En realidad, el candidato ya se conoce: es Romano Prodi. La votación, abierta a todos los ciudadanos, tiene como objetivo legitimar la candidatura de Prodi, un hombre sin partido y sin bases, y entraña algunos riesgos para el ex presidente de la Comisión Europea: una victoria demasiado estrecha reavivaría las opciones del popular alcalde de Roma, Walter Veltroni; y un buen resultado del principal contrincante, Fausto Bertinotti, líder de Refundación Comunista, alarmaría a los centristas de La Unión.

Las urnas estarán situadas en sedes políticas, bares, comercios y escuelas
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La iniciativa es nueva y nadie sabe si funcionará bien. La Unión abrirá casi 10.000 colegios electorales en Italia y varias ciudades del extranjero (los italianos del exterior, incluidos los de segunda y tercera generación, tendrán derecho a voto en las generales de la próxima primavera), controlados por interventores de todos los partidos. Las urnas estarán en sedes políticas, bares, comercios y escuelas. Tendrán derecho a votar todos los italianos mayores de edad provistos de papeleta electoral y los extranjeros con más de tres años de residencia regular en Italia, y cada voto costará al menos un euro. Ésa es la donación mínima exigida. Lo que se recaude se destinará a financiar la organización de las primarias y a la próxima campaña electoral.

Prodi está obligado a ganar. Los dos principales partidos de La Unión, los Demócratas de Izquierda y La Margarita (que en realidad se llama Democracia y Libertad, pero casi nadie lo sabe), así como los Socialistas Democráticos, el Partido Comunista de Italia y los Republicanos Europeos, apoyan al Professore y no presentan candidatos alternativos. Eso debería garantizar a Prodi un margen holgado: según una encuesta realizada por la edición electrónica del diario La Repubblica entre 140.000 lectores, el candidato mayoritario ronda el 60%.

Hay riesgos, sin embargo. El primero, que una baja participación haga insignificante todo el proceso. "Debemos movilizarnos y participar masivamente en la votación, para demostrar al Gobierno de Berlusconi que el cambio a última hora de la ley electoral no evitará su derrota", repite Romano Prodi. Otro riesgo sería el de una victoria por un margen demasiado estrecho, menor al 50%. Eso daría nuevo vigor a quienes sostienen, sondeos en mano, que el alcalde de Roma, Walter Veltroni, derrotaría a Berlusconi con más seguridad que Prodi.

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El factor Bertinotti constituye el tercer riesgo. El astuto líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, se presenta como "candidato complementario" a Prodi y pide muchos votos para anclar la coalición en la izquierda tradicional. Ha hecho una gran campaña, dispone de la militancia más disciplinada y su tirón podría ir bastante más allá del 20% que le pronostican los sondeos, sobre todo en el caso de una baja participación. Si eso sucediera, sería muy difícil evitar amotinamientos en el flanco centrista, representado sobre todo por La Margarita. Nadie ha olvidado que una traición parlamentaria de Bertinotti provocó en 1998 la caída del primer Gobierno de Romano Prodi, tras sólo dos años de ejercicio.

Los otros candidatos son menos significativos y apuntan a asegurarse, con un resultado decente, puestos favorables en las listas cerradas que impondrá el retorno al sistema proporcional, propugnado por Berlusconi para mejorar las opciones de victoria del centro-derecha o, al menos, suavizar su probable derrota.

En el flanco más conservador concurre a las primarias Clemente Mastella, democristiano y líder de Udeur. Antonio di Pietro, ex fiscal de Manos Limpias y líder de Italia de los Valores, se sitúa también cerca del centro. La opción ecologista está representada por Alfonso Pecoraro Scanio, líder de Los Verdes. Mastella, Di Pietro y Pecoraro aspiran a alcanzar el 5% de las papeletas.

Los candidatos menos previsibles son el empresario Ivan Scalfarotto, que hace bandera del laicismo y los derechos de los homosexuales, y Simona Panzino, dirigente okupa y representante del movimiento de ultraizquierda Desobedientes.

De izquierda a derecha, Romano Prodi, Fausto Bertinotti, Walter Veltroni y Clemente Mastella.
De izquierda a derecha, Romano Prodi, Fausto Bertinotti, Walter Veltroni y Clemente Mastella.

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