Un certificado concluyente
Cultura confirma que Echevarría, directivo del Barça, es patrono de la fundación Francisco Franco
El documento, si no definitivo, es concluyente. María del Carmen Pastor, jefa de Registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura, firmó el 5 de octubre un certificado en el que consta el centenar de patronos de la Fundación Francisco Franco. La lista está ordenada por orden alfabético con el nombre de pila de los afiliados y junto a ellos la fecha en la que se dieron de alta y de baja. Alejandro Echevarría Arévalo, directivo del Barça y cuñado del presidente Joan Laporta, figura en tercer lugar: allí está el día en que se inscribió (25-10-1996) pero la casilla de la baja está en blanco. El documento público fue presentado ayer por Lluis de Val, ex directivo de Joan Gaspart. De Val sostiene que con esta prueba, que responde a la Ley de Fundaciones -obliga a registrar tanto las altas como las bajas de los patronos-, se demuestra que Laporta y Echevarría han vuelto a mentir a los socios del Barça.
El cuñado de Laporta mantuvo ayer silencio, al igual que el resto de la directiva del club
Un portavoz del Ministerio de Cultura confirmó ayer a Ràdio Barcelona el contenido del certificado, según afirmó la emisora. Con este documento, De Val ha acabado por completar su denuncia tras difundir el lunes el acta notarial de la inscripción de Echevarría en la fundación franquista. Esa acta ya dejó en evidencia al presidente del Barça que, en la asamblea de compromisarios de agosto, aseguró que su cuñado no había sido, ni era, ni sería miembro de esa fundación. "Alejandro lo ha dicho en la junta y le creemos", aseveró. El consejo abordó el martes el asunto y eludió valorarlo al no dar crédito a De Val y amparar a su directivo. Echevarría sí habló a título personal y se defendió esgrimiendo un papel, firmado por Félix Morales, vicepresidente de la fundación, del 8 de junio de 2003 -una semana antes de las elecciones que ganó Laporta- que aseguraba que no era miembro ni patrono. Nadie pudo tener en la mano, ni leer, el folio.
"Ese papel, con fecha de un domingo, no tiene valor. Es un favor que hace un amigo. Echevarría, cuya filiación se mantuvo expresamente en el anonimato durante la campaña electoral, ha mentido a los socios, a la asamblea y a la junta. Y si sigue, Laporta, que es abogado y sabe cómo funcionan los registros públicos, será cómplice de esa mentira", avisó De Val. Y ahora quiere que el presidente se excuse y que Echevarría haga un gesto que abarca desde el perdón a la dimisión. Pero si no dan paso alguno, Del Val acudirá a los tribunales: "No tienen escapatoria. Y entonces se verá qué tiene más valor: si un documento público o el papel de un amigo".
La junta decidió ayer, al igual que el martes, cerrar filas en torno a Echevarría, que sopesaba nuevamente dimitir al igual que el martes cuando circularon los primeros documentos. Su padre, Laporta y algunos directivos le convencieron de lo contrario. El consejo anhela ahora que se reanude la Liga para que amaine un temporal que le ha situado en una situación extraordinariamente incómoda. Laporta y varios de sus consejeros han hecho gala de su talante nacionalista -el propio presidente se pronunció a favor de un Estatuto de máximos- e incluso uno de ellos (Toni Rovira) acudió con una bandera independentista a la ofrenda al monumento a Rafael Casanova, en la última Diada. Pero, más allá de eso, Laporta y parte de su junta se sienten víctimas de una permanente campaña de erosión por parte del entorno por no reconocerle, según fuentes próximas al presidente, ningún mérito en los dos años y medio que llevan en el club. Laporta interpreta el caso como una afrenta personal. Echevarría es un hombre de su confianza y su principal aliado en una junta debilitada tras la marcha de cinco directivos, cuatro de ellos del grupo de Sandro Rosell, en junio pasado.
"Nadie discute la valía profesional de Echevarría, que está haciendo una labor impresionante. Ni me meto en sus convicciones, que no comparto, porque en el Barça ha habido directivos franquistas. Yo estoy hablando de una mentira", recalcó De Val, que subrayó que la junta está moralmente obligada a actuar en defensa de su catalanismo. El ex directivo negó estar implicado en la oposición, ahora disgregada, y explicó que no está especialmente orgulloso de haber sido directivo con Gaspart. "Fue una de las peores épocas. Yo mismo estuve en la reunión donde se decidió su renuncia. No tengo ninguna intención de ser presidente. Sólo me presentaría en una candidatura si Joan Castells
[vicepresidente con Gaspart] me lo pide".
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