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Columna
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Suspenso

En mis años escolares sólo suspendíamos los alumnos, nunca los profesores, ni mucho menos los centros de enseñanza; por supuesto, si nos hubieran dejado a los estudiantes hacer las evaluaciones de nuestros educadores y de nuestros colegios, me temo que el porcentaje de suspensos habría sido elevadísimo, más o menos como el que presenta el resultado de ese examen "sorpresa", efectuado por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid en los centros educativos de la región. Nada más taimado que un examen a traición, una provocación que ni siquiera en aquellos años míos en los que triunfaba la pedagogía de "la letra con sangre entra", se atrevían a poner en práctica, muy a menudo, nuestros maestros, revestidos entonces de una autoridad incuestionable, basada en el uso de la palmeta y en la potestad de repartir capones y collejas, y refrendada muchas veces por nuestros padres que les daban ánimos: "Mano dura con el niño que es un rebelde". Cambiaron las tornas, ahora la mano dura la ejercitan alumnos y padres de alumnos para meter en vereda a los profesores, sobre todo si pertenecen al sufridísimo sector de la enseñanza pública que acaba de recibir un varapalo más, y van..., esta vez de parte de doña Esperanza Aguirre y de su consejero, Peral.

Desconozco los métodos empleados en el examen para evaluar los conocimientos de Matemáticas y Lengua de los alumnos, pero no puedo menos que felicitar a los mentores de la prueba por los buenos resultados obtenidos, que han servido para ratificar y subrayar los "éxitos" de la política educativa de la Comunidad de Madrid, del Partido Popular, de la Iglesia Católica y de los colegios privados y concertados, mayoritariamente dirigidos por órdenes religiosas. Enhorabuena a los examinadores, sus clientes han quedado muy satisfechos con las calificaciones, suspenso casi generalizado para la enseñanza pública y notable o sobresaliente para la enseñanza privada y concertada. Mis condolencias para los centros suspendidos y mi solidaridad con el profesorado del colegio público de Fresnedillas de la Oliva que cierra con la calificación más baja la lista de los 1.153 colegios de la región que pasaron examen.

El colegio público San Bartolomé (mártir desollado) de Fresnedillas es un centro mal dotado que cuenta con un 60% de inmigrantes en sus aulas. Un mal ejemplo, según el consejero Peral, al que la oposición acusa, con sentido y razón, de hacer un uso político de las notas del examen sorpresa. Moraleja: si quiere que sus hijos se eduquen bien no les lleven a colegios públicos, pobres, mal dotados y con tantos inmigrantes, pagando un poco más, seguro que pueden inscribirles en un centro concertado de las Madres Ponedoras o de los Padres Depredadores, un centro bien dotado con un porcentaje de inmigrantes simbólico y enclavado en una zona verde y residencial, en la misma Moraleja por ejemplo.

Para acceder a la concertación, subvención, los colegios religiosos de toda España, tuvieron que sacrificar uno de sus principios más firmes, la segregación de sexos, a cambio del bíblico plato de lentejas, o mejor aún de las treinta monedas con la efigie del Iscariote.

Aunque sólo ha sido una retirada estratégica, hace poco tiempo, los nuevos responsables de uno de esos colegios que todos los contribuyentes, sin distinción de credos o descreimientos, concertamos y subvencionamos, propusieron volver a la segregación, aunque no por motivos morales y religiosos, sino por razones "psicológicas" y "pedagógicas", ellas y ellos, aducían estos psicólogos de capilla y pacotilla, se desarrollan y maduran de forma diferente y además, los chicos se cohíben, o se interesan demasiado, ante las chicas o por las chicas, y descuidan los estudios, se repliegan en sí mismos o se entregan a la promiscuidad y a la lujuria.

La Consejería de Educación de la Comunidad ha presentado de forma sesgada los resultados para ensalzar la enseñanza concertada con los otros y menospreciar a la pública que es la suya. Algo así como: no se fíen de nuestros colegios, y entreguen a sus criaturas para que las eduquen los de siempre, puede que salga más caro, pero tiene la ventaja añadida de que por el mismo precio, salvan sus almas.

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